Las texturas naturales dan forma a esta propuesta residencial y generan ambientes que refuerzan la identidad del proyecto como una casa mediterránea contemporánea.
Así lo describe el arquitecto Ramón Esteve, quien ha creado un espacio acogedor y bien estructurado, con la amplitud que permiten los mil 440 metros de superficie en los que se desplanta la Casa Monasterios.
“El gran reto ha sido generar una propuesta que no pierda la escala humana a pesar de sus dimensiones, y sin caer en el exceso, la ostentación y la opulencia”, comentó Esteve.
Los muros de piedra generan las divisiones de las diferentes alas internas. La estructura luce una secuencia de volúmenes de diferentes alturas, en los que la geometría dicta el ritmo de la distribución.
“Los bloques que componen la casa se articulan por la secuencia de patios, que siguen el contorno de una casa romana. Son tres patios que abrazan el acceso y articulan el programa, dividiendo la casa en zona de día y de noche”, explicó el arquitecto.
En el lado sur se ubican las áreas sociales, las cuales se abren, por medio de cuatro porches, a la piscina y al jardín, lo que amplía la vivienda hacia el exterior.
Esta fachada trasera se ve reflejada en la alberca, lo que proporciona un acento dramático a la arquitectura.
La atractiva estética de la vivienda es resultado de una combinación de materiales que van de la solidez a la ligereza, como la piedra, el vidrio, el hormigón blanco, la madera y el acero.
“Nos sentimos atraídos por el uso de texturas naturales. En este caso, los grandes muros de piedra están cubiertos por losas que coexisten con grandes paneles de vidrio, enmarcados por una madera oscura”, detalló el artífice.

De la transparencia a la blancura
El vidrio actúa sólo como una membrana protectora de las áreas sociales, pues éstas fueron diseñadas para disfrutar del exterior durante la mayor parte del año.
La casa se localiza en una pendiente, que pierde altura hasta llegar al mar, por lo que la vista desde el patio principal y terrazas ofrece un horizonte para la relajación.
De igual forma, los muros transparentes aprovechan al máximo la iluminación natural, al igual que los patios, que absorben este recurso y permanecen bien iluminadas durante todo el día.
“Las aberturas de los dormitorios son controladas por unas pocas persianas de madera, que permiten ajustar la iluminación y privacidad.
“De noche, la luminotecnia ha sido predispuesta para generar un ambiente teatral, al tiempo que realza la textura de los diferentes materiales que conviven en armonía”, precisó el fundador de Ramón Esteve Estudio.
En cuanto al mobiliario, todas las piezas han sido diseñadas por la oficina, por lo que los elementos responden a la misma idea original del proyecto, con una paleta de color predominantemente blanca que aporta entornos neutros para favorecer la arquitectura de la casa.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *