La ambición llevó a un joven a cometer cuatro crímenes: con ayuda de un cómplice terminó con la vida de su mamá, su papá, su hermano y su hermana.
Su plan no resultó y acabó sin familia, sin dinero y en la cárcel.
“Los mató por no contar con recursos que sus padres le negaron, según testimonios cercanos a los hoy detenidos”, informó el procurador de Justicia Carlos Zamarripa Aguirre.
En sus primeras declaraciones ante la Procuraduría General de Justicia (PGJ), Juan Humberto Castañeda Flores, de 31 años, confesó que había pedido dinero a sus padres porque sabía que lo tenían guardado en una caja fuerte, pero no lo obtuvo.
De acuerdo a las autoridades el hijo mayor de Pedro Ramón Castañeda y María Elena Flores planeó el asalto junto con su vecino y amigo Alejandro Pérez Vasconcelos, de 23 años y originario del Estado de México.
Ambos llegaron a la casa de la calle Madre Gloria, en la colonia 10 de Mayo, a las 9 de la noche del lunes; vecinos no sospecharon pues Juan Humberto, quien vivía frente a la casa familiar, solía entrar y salir de ella a cualquier hora.
En la planta baja está la panadería, el negocio que fue sustento de la familia Castañeda; arriba se encuentra la vivienda.
Apenas se acercaron a las escaleras, a unos cinco metros de la cochera, taparon sus rostros con capuchas y subieron a la sala.
Empuñaban armas de fuego y ya arriba se encontraron con la mamá de Humberto, María Elena Flores, de 54 años; también vieron a los hermanos, Pedro Ramón, de 25, y María Elma, de 21 años.
Humberto exigió a su mamá y hermanos que le entregaran el dinero de la caja fuerte, pero los tres se negaron. Entonces les dispararon en la cabeza.
El papá, Martín Castañeda Gómez, de 51 años, no estaba en casa, según informó Alejandro Pérez, uno de los presuntos homicidas, entrevistado por AM sobre sus vecinos un día antes de que fuera detenido.
Las autoridades no informaron cuánto tiempo los homicidas esperaron a Martín, quien fue el último en ser asesinado.
Se presume que también se negó a entregar el dinero, y fue asesinado de un balazo en la sien derecha.
Casquillos percutidos, fragmentados y en los cuerpos de las víctimas fueron parte de la evidencia que ayudó a confirmar la participación de Juan Humberto en el crimen de su familia.
Antes de escapar de la casa él y Alejandro dañaron las cámaras de vigilancia y tomaron el aparato donde quedan grabadas las imágenes.
En segundos Emergencias recibió el reporte de que se habían escuchado balazos y elementos de la Policía llegaron al lugar, así como los otros tres hijos de la pareja: Mario, Octavio y Juan Humberto.
Éste dijo a las autoridades que llegó a la casa de sus padres y se encontró con que habían sido asesinados.
Desde esa noche fue catalogado como sospechoso, ya que declaró que días antes había disparado un arma de la que no tenía permiso de portación.
“Guardaba armas que solía disparar dentro y fuera de su domicilio, porque así lo refirieron testigos”, confirmó el procurador Zamarripa Aguirre.

La detención

El Procurador de Justicia informó que Juan Humberto y su presunto cómplice fueron detenidos la madrugada de ayer en la carretera León-Santa Rosa Plan de Ayala, en su intento por esconderse de las autoridades.
“El equipo de la nuestros agentes de Investigación Criminal y de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado ubicaron a los homicidas, donde se concretó su captura en las primeras horas de hoy (ayer), en la carretera a Santa Rosa Plan de Ayala”, dijo el funcionario.
Ya habían abandonado sus respectivas casas, investigadores y elementos tácticos los capturaron antes de que escaparan de la ciudad.
Agentes ministeriales iniciaron con la investigación luego del crimen. Localizaron armas que Juan Humberto escondía y en los exámenes de balística se reveló que de una de ellas, calibre .380, provenían los casquillos asegurados en la escena del crimen y en las víctimas.
“Se obtuvo un hit balístico respecto de una de ellas, calibre .380, y que fue esta el arma a la cual correspondían tanto los casquillos como las diversas ojivas que se lograron recuperar en la escena del crimen y algunas en los cuerpos de las personas fallecidas”, dijo el procurador de Justicia.
La Procuraduría de Justicia presentó a los homicidas la tarde de ayer, y según su titular ninguno de los dos tiene antecedentes penales.
Los detenidos no han confesado el crimen, se espera que hoy las autoridades informen su consignación a un juzgado.

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