Ni siquiera quería parpadear, a ella siempre le han emocionado los desfiles y desde que su mamá le dijo que asistirían al de la Romería de la Raza, no le dudó ni en despertarse temprano. Fueron sólo unos minutos lo que duró, pero Angélica Huerta desde las 10 de la mañana llegó al López Mateos con la menor.
Lupita a sus 8 años de edad, asegura que ‘jamás’ se ha perdido un desfile gracias a su progenitora quien siempre la acompaña y aunque éste no fue el más asombroso que ha visto, de igual manera sonrió y saludó a todos los participantes.
“Adiós, adiós… mira, así quiero bailar”, le decía a Angélica cuando veía a las señoritas que representaron países como Perú, Japón, Brasil, Holanda, España, Líbano y Argentina, tanto en indumentaria como algunas en los bailes.
El recorrido comenzó pasadas las 11 de la mañana, en la calle Hidalgo hasta llegar a las instalaciones de la Feria. Lleno de colores, música y folklore lucían la mayoría de los carros, entre ellos también pasaron caminando estudiantes que realizaban tablas rítmicas en algunos puntos, una estudiantina y perros acompañados de sus amos que llevaban un letrero con la leyenda “Todos somos mestizos”.
Con el sol sobre sus rostros, los participantes del desfile sonreían y saludaban a grandes y chicos, incluso hasta dulces lanzaban. El evento planeado por el DIF León, fue muy corto, pero para muchos muy placentero aunque para otros “les faltó algo”.
Los niños con gorras de figuritas, no paraban de sonreír, mientras que los mayores sacudían las piernas al son de la música típica de cada carro. “Ya viste cómo bailan, yo también quiero hacerle así”, le decía Carmen González a su marido cuando vio a las ‘libanesas’.
Sobre un camión tipo ‘turibús’ viajaban sonrientes y abrazados de sus banderas algunos extranjeros que radican en la ciudad. ‘Adiós a todos’ decían con sus acentos ‘extraños’. Los aplausos no se hacían esperar y menos con la estudiantina que acompañaba el carro alegórico de España, pues hasta el ‘cuero chinito’ les dejó a los asistentes.
Aunque a la gente le duró muy poco el gusto de ver el desfile, pues fue corto con alrededor de 12 coches, luego luego se lanzaron para la verbena popular y seguir con la pachanga del 12 de octubre.

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