Muchos de los anexos o clínicas para desintoxicar a adictos en la ciudad trabajan en la clandestinidad, algunos en condiciones infrahumanas.
Muchos de ellos cambian constantemente de domicilio y ofrecen servicios de médicos, psicólogos, psiquiatras, terapeutas, terapias familias, integración espiritual, especialistas en adicciones, primaria, secundaria, educación física, futbol, superación personal, entre otros atractivos.
En un recorrido de AM por diversos anexos se pudo constatar que en muchos de estos centros de rehabilitación viven hacinados hasta 40 jóvenes que tienen que dormir en literas en cuatro pequeños cuartos, y con sólo dos baños, donde hay tambos para el agua que utilizan.
La mayoría de los anexos prestan servicios en casonas viejas, con pésimas instalaciones, y como si fueran jaulas. Carecen de salidas de emergencia, a pesar de que algunas cuentan con la certificación de Protección Civil.
Comerciantes del Mercado Allende informaron que durante un año operó en el no. 719 de la calle Aquiles Serdán, el ‘Centro de Recuperación y Rehabilitación para Enfermos de Drogadicción y Alcoholismo (CRREDA)’, donde se aseguraba que tienen autorización de la Secretaría de Salud.
Incluso tienen su registro ante la Secretaría de Hacienda con el RFC JCV 120425NU4, que es dirigido por Carlos Alberto García Sánchez, quien también dirige un anexo para mujeres en la calle Álamo.
“Ya estábamos cansados del anexo. Los robos a locales del mercado eran constantes. Hace tres meses despareció el anexo y ahora todo ha mejorado”, señaló Javier N., vecino de lugar.
Aseguraron que se cambió a la calle 27 de Septiembre no. 819, cerca de la Parroquia del Señor de la Salud. Al frente hay un anuncio que señala que es un Centro de Rehabilitación denominado ‘Virgen de San Juan de los Lagos. Albergue para enfermos drogadictos y alcoholismo’, que está a nombre de Rodolfo de Alba Ramírez con RFC CRV 140603SV.
Los requisitos para ingresar es el consentimiento de los familiares. Tienen que pagar 850 pesos por una examen y valoración médica, si van por la persona 200 pesos, y 350 pesos semanales, más una pequeña despensa.
Ofrecen tratamiento mínimo por tres meses
En la calle Perón 304, en La Garita, opera en lo que era una residencia otro anexo. No hay ningún anuncio. Los requisitos son similares, pues se asegura que es operado por las mismas personas.
El edificio está en mejores condiciones, sin embargo los internos viven entre rejas, hacinados, con 6 cuartos para 40 internos, según se informó.
Pero eso son de los mejores anexos o ‘granjas’, hay otros que operan en peores condiciones, como el que se localiza en la calle Ciprés 316, denominado ‘Albergue Nueva Generación. Centro de Tratamiento a personas con adicción’.
El inmueble está en penumbras, como una cueva, con malos olores. Dos baños para 35 jóvenes que están amontonados en la planta alta, y con una sola salida.
El costo de ingreso es de 450 pesos, 200 pesos si van por la persona, más una despensa de 150 pesos por semana.
“Aquí lo único que pedimos es voluntad de la persona y de los familiares. Es atendido por algunos ‘padrinos’, personas que se rehabilitaron, que dan pláticas, y todos nos encargamos de la talacha”, revela uno de los internos.
En el Bulevar López Mateos números 820 operaba hasta hace un par de meses el anexo ‘Puerta de vida libre’. Una finca en deplorables condiciones donde había más de 20 personas que convivían en un pequeña sala de 30 metros cuadrados. Ya cambiaron de domicilio.
Uno de los anexos más estables se localiza en la calle Díaz Mirón no.619, denominado ‘Sálvese quien quiera’. Un solo acceso, sin ventilación y poco aseo.
Se brinda apoyo a los jóvenes con pocos recursos. Se pide a los familiares una copia del acta de nacimiento, sandalias, artículos de aseo personal, y un pago mensual de 300 pesos. A los 15 días de ingresado una despensa.
Los internos sobreviven en condiciones precarias, incluso con el apoyo de locatarios del mercado Estrella que les dan frutas y legumbres que ya caducaron.
“Apoyamos a los jóvenes y familiares. Contamos con psicólogos y médicos. Es una alternativa para muchos jóvenes que caen en las drogas y buscan rehabilitarse”, señaló uno de los internos.
Son negocio centros de rehabilitación
Los anexos se han convertido en negocio para muchas personas que rentan una casa y cobran por supuestas rehabilitaciones.
“Se estima que de 10 jóvenes que son internados, sólo 1 se llega a rehabilitar. Los anexos operan, la mayoría en malas condiciones, incluso hay muchos que explotan a los jóvenes, porque los obligan a salir a la calle a vender productos. Muchos ya no regresan”, dijo el psicólogo José Luis Muñoz Hernández.
Reconoció que no todos los anexos son malos, pero que las mismas autoridades de Salud deben hacer una certificación de los mismos.
Añadió que los anexos deben estar certificados por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) pero son contados los que lo tienen.
Las mismas autoridades de Salud desconocen un padrón de anexos, señalándose que cambian constantemente de domicilio. Algunos operan como si fueran sesiones de Alcohólicos Anónimos, y otros de plano ni registrados están.
Los anexos semejan reclusorios. No se puede abrir la puerta principal si no lo ordena el encargado.
“¡Puerta!” grita el encargado del anexo para que se pueda abrir el acceso que está bajo llave, tanto para entrar, como para salir, en uno de los anexos que se localiza en el Barrio Arriba.
El primer cuarto de la casa es utilizado como oficina. Dos barandales protegen las puertas.
El pequeño pasillo está en penumbras, lo mismo que un segundo cuarto, donde las ventanas están cubiertas con cobijas y está prohibida la entrada.
Los internos están prácticamente presos en una casona con muros muy altos y antes de salir a la calle hay que abrir dos puertas.
Algunos anexos ofrecen servicio de cápsula de desintoxicación y suero de ozono, aunque no saben explicar cómo funciona, ni en qué consiste.
En los muros cuelgan permisos de autorización de Protección Civil, Bomberos, además de permisos otras dependencias, a pesar que sólo hay un acceso bajo llave y todo está en penumbras, como la vida misma de los enfermos que llegan ahí en busca de ayuda.
Se sabe sólode 3 centros certificados
En León la Secretaría de Salud del Estado tiene registrados 60 anexos para la atención de adicciones, sólo tres están certificados en la Federación y el resto funcionan intentando cumplir las normas básicas.
“En los requisitos (básicos) tienen que solicitar un aviso de apertura en Protección Contra Riesgos Sanitarios, se les otorga y se hace la visita inmediatamente para que empiecen a funcionar”, dijo Antonio Escobar Rodríguez, jefe de la Jurisdicción Sanitaria 7 en León.
“(Se revisan) aéreas adecuadas, mobiliario adecuado, que las personas que se encargan de los talleres o terapias tengan un nombramiento, un título de médico o psicólogo y que tengan conocimientos adecuados”.
“También los procesos de alimentación, de hospedaje, ver cómo se recibe a los pacientes, si se le da orientación a la familia, si tienen los expedientes adecuados y los resguardan en un lugar confidencial, que no tengan terapias agresivas”, añadió Escobar Rodríguez
Sin embargo no dio detalles de cómo se deben adecuar las áreas y servicios.
En lo que va del año dos nuevos anexos abrieron con la supervisión de la Secretaría de Salud de Guanajuato (SSG).
Según indicó el funcionario, durante el año realizan constantes revisiones en los distintos centros de rehabilitación.
“Les realizamos visitas cada año o año y medio, trabajamos con ellos constantemente”, dijo Escobar.
De los 60 anexos que hay en León sólo tres están certificados por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).
La Búsqueda I, La Búsqueda II y La Magdalena, son los únicos que cumplen al 100 % con la Norma Oficial Mexicana 028 para la Prevención, Tratamiento y Control de las Adicciones, que es requisito para dar atención a pacientes con adicciones aseguró el experto.
“Los otros no están certificados por el nivel federal pero les hacemos cumplir la norma 028. Que no tengan la certificación no quiere decir que no puedan operar, lo que pasa es que los centros certificados reciben un financiamiento de la Federación”, explicó.
Suponen que internollegó mal a la clínica
Luis Fernando Rico García, quien presuntamente falleció por participar en una riña dentro del anexo ‘Sálvense los Jóvenes’, entró intoxicado o en periodo de abstinencia indicó personal de la Secretaría de Salud del Estado de Guanajuato.
El centro de rehabilitación ‘Sálvense los Jóvenes’ donde ocurrió la riña no está certificado por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).
“Si (los efermos) tienen los periodos de abstinencia cuando se reciben, o se reciben muy intoxicados pueden ocurrir accidentes con los pacientes como el que sucedió (con Luis Fernando Rico, de 32 años, que falleció por una riña) donde suponemos nosotros que el paciente llegó ahí intoxicado o en un periodo de abstinencia”, explicó Antonio Escobar Rodríguez, jefe de la Jurisdicción Sanitaria 7 en León.
“El médico que se hace cargo de recibir a los pacientes debe decir a la familia, ‘viene en estado de abstinencia, o de intoxicación, no lo podemos recibir porque es un riesgo para él y los internos’, se le da un tratamiento, se dice que regrese en 24 ó 48 horas y lo recibimos”, señaló el representante del sector Salud.
Consignana homicida
El Juez del Quinto Juzgado de lo Penal calificó de legal la detención que realizaron agentes ministeriales en contra de Marco Antonio Jiménez Raya, acusado de homicidio calificado en agravio de un interno de un anexo en el Barrio del Coecillo.
Marco Antonio fue detenido la mañana del jueves en las inmediaciones del Tajo de Santa Ana.
Al parecer Marco era un interno que sólo acudía por las noches al lugar.
La víctima murió a causa de una fractura en la cabeza por los golpes que recibió.
La agresión ocurrió el 8 del mismo mes en el anexo ubicado en el número 221 de la calle Del Bosque de la colonia citada.
Las autoridades señalaron que la causa del hecho fue por diferencias entre los internos.
A decir de la familia en el anexo cambiaron varias veces las versiones de los hechos, primero les dijeron que cayó de la escalera y después que hubo una riña donde Fernando quedó herido de gravedad.
Fernando quedó inconsciente durante algunos días en terapia intensiva hasta el 12 de octubre que murió a causa de una fractura de cráneo.
Vecinos de la zona señalaron que los miebros del anexo son muy tranquilos y que nunca han tenido problemas con nadie.
Advierten cero tolerancia
Tal como la intención del gobernador Miguel Márquez Márquez, el alcalde de León, Héctor López Santillana pretende instaurar un régimen de cero tolerancia para automovilistas que sean sorprendidos bajo efectos del alcohol.
Luego de que el jueves por la noche se retomó el programa ‘Alcoholímetro’, el primer Edil indicó que propondrá a su Ayuntamiento el retiro de condonaciones o reducciones en multas por esta falta.
“Las multas derivadas por el alcoholímetro no serán sujetas ni de condonación, ni de reducción, absolutamente de nada, es un mecanismo para mandar una señal firme y estricta para que la gente, cuando no se sienta en condiciones para conducir, utilice algún otro mecanismo”.
“Gente que detengamos conduciendo en estado de ebriedad, que pudieran generar un accidente que costara la vida o la desintegración de una familia, seremos cada vez más enérgicos, ese tipo de multas no serán sujetas a ningún tipo de descuento ni de condonación, la instrucción es precisa”, advirtió.
En cuanto a lo operativo, el munícipe explicó que el Alcoholímetro dejará el sistema fijo que tuvo en los últimos meses, para ahora aplicarse únicamente en conductores que den apariencia de ebriedad.
“Se restableció el Alcoholímetro de una forma diferente, ya no es que todos pasen por esa fila. Es un equipo multidisciplinario y solamente se estarán sometiendo a la revisión aquellos ciudadanos que vayan conduciendo de manera dudosa y lo estaremos haciendo con mucha firmeza”, arguyó.