Con el tiempo León ha sufrido infinidad de cambios, pero algunos lugares sobreviven intactos.
A lo largo de la ciudad establecimientos de diversos giros continúan operando pese a haber iniciado a principios del siglo pasado, algunos antes.
“Hay muchos establecimientos que todavía funcionan, desde centros deportivos hasta líneas de camión que siguen trabajando igual que en tiempos remotos. Tenemos el mayor número en la Zona Centro; también en San Juan de Dios siguen las nieves, tiendas de abarrotes y licorerías.
Otros establecimientos aún vigentes son añgunas líneas de camión”, comentó Arturo Navarro Valtierra, cronista vitalicio de la ciudad.
Calzado Emyco, El León de Bronce, el antiguo Hotel y Baños Colón, La Primavera, El Molinito, y los bares Panteón Taurino, El Báltico, El Mónaco o El Gato Negro, son algunos de los negocios centenarios.
Hotel Colón, el primero en León
Más de un siglo ha pasado y el Hotel Colón sigue vivo a una cuadra del Jardín Principal.
Se trata del primer hotel que hubo en León; tiene la misma estructura y sólo se le han hecho ligeras modificaciones, según platicó el actual gerente, José Luis Esquerra Aguilar.
Además de hotel, el establecimiento tiene baños públicos, con vapor y regadera.
“El trabajo y el esfuerzo familiar son el secreto, mi padre lo rentó por un tiempo a otras personas, posteriormente uno de mis hermanos se encargó de él, y ahora yo ”, contó.
El hotel Colón cuenta con 22 habitaciones todas con baño, además hay servicio de peluquería y en el patio central tienen autos de colección.
“Unos han sido de la familia, mi hermano y yo gustamos de los autos, hay unos que han sido de gente muy importante, está uno que fue de la Condesa de Jalpa, hay uno que sale en una de las postales de la ciudad, uno que es para jugar golf… tenemos mucha historia”, platicó José Luis Esquerra.
La Casa del Vino
Uno de los negocios que nunca falla es la venta de alcohol. Jóvenes, adultos mayores, clientes nuevos y de antaño llegan a la esquina de Rosas Moreno e Ignacio Altamirano, en el Barrio de San Juan de Dios, para comprar en La Casa del Vino, que inició en 1903.
“Si uno trabaja día a día se mantiene, es lo que nos tiene aquí todavía”, comentó el actual propietario Roberto Rojas Sánchez.
El negocio fundado por su tío, fue tomado por su padre en 1981.
“Las cosas algunas siguen igual, los que toman siguen tomando, tenemos clientes de antaño y nuevos que llegan por el surtido, el servicio y el precio que tenemos y sobre todo por el trato. Hay que tratar amablemente a los clientes para que vuelvan”, comentó.
Y aunque no tiene un extenso surtido de vinos de mesas, sí consiente a la clientela con whisky, ron, coñac, licores, anises y tequilas.
“Me encanta el trato con la gente, con unos se ríe uno, con otros se enoja, con otros se abraza, es muy bonito el comercio”, compartió Roberto.
Las nieves de San Juan
¿Quién no ha probado una nieve de don Marcos en el Barrio de San Juan de Dios? El tradicional negocio tiene ya un centenar de años y sigue atrayendo a más generaciones.
Fue el abuelo de Jacobo Hermosillo quien lo inició, vendía en la placita de Las Vigas, posteriormente el papá de Jacobo, don Marcos, se instaló en San Juan de Dios.
Con solo tres botes de nieve, fue el primer vendedor que se instaló en la zona, junto con una comerciante de tunas vecina también del barrio.
Jacobo empezó a trabajar desde los 8 años. “En aquel tiempo íbamos hasta con lágrimas en los ojos, porque se nos hacía muy pesado. Mi papá fue el que hizo gran parte del camino”.
El negocio ahora es reconocido por ciudadanos y autoridades como parte del ‘inventario’ de la ciudad.
“El secreto es que seguimos la misma fórmula de mi papá, ésta le gusta a la gente, y traen nuevas generaciones a que las conozcan”, contó.
La Nacional, peletería centenaria en el Centro
En la calle Pedro Moreno se encuentra una antigua pero todavía exitosa peletería, La Nacional, que opera desde 1892.
El negocio fue fundado por don Ignacio Montes de Oca y por su hijo Alfonso Montes de Oca Salinas, según documentación del Archivo Histórico. Estaba en la calle Madero, donde hoy se ubica el Círculo Leonés Mutualista.
Tiempo después fue adquirida por los hermanos de don Alfonso, Roberto y Daniel, y éste último la heredó a su esposa, doña Sara Bessonart de Montes de Oca.
Podría decirse que todos los que se dedican a la fabricación o a la producción de calzado en pequeña escala, conocen La Nacional, comentó Leopoldo López Anaya, quien tomó el negocio en la década de los 70.
“Han bajado las ventas y hay mucha competencia pero aquí seguimos, el negocio ha ido jalando”, dijo.
Una esquina que perdura
Un establecimiento por el que seguramente casi todos los leoneses han pasado es El Patrocinio de María’, a unos pasos de la Catedral.
El actual gerente del negocio, Agustín Alejandrí Alejandri, contó que su papá, don Salvador Alejandri, le dio impulso. Este año celebran 117 años de existencia de lo que empezó como una miscelánea religiosa en 1898, donde vendían estampas y libros traídos de Europa.
“En Guanajuato hay una virgen que se llama Virgen del Patrocinio, de ahí mi tía, que se llamó Victoria López , adoptó el nombre; la virgen es la que cuidaba y le daba la protección al negocio, y hasta la fecha lo ha hecho, porque ha pasado por la Revolución, primera guerra, guerra cristera, depreciaciones y más, y sigue”, dijo el gerente.
“En el nombre viene todo, mi tía tuvo el tino de nombrarlo El Patrocinio de María, a pesar de crisis el negocio sigue siendo un ícono de la ciudad de León”, agregó.
El establecimiento, presumió su propietario, fue visto en televisores de todo el mundo gracias a su ubicación, junto a Catedral, durante la visita del Papa Benedicto XVI en marzo de 2012.
‘La tradición de El Molinito
Si escucha sobre un plato de ‘oreja de elefante’ seguramente sabe que se sirven en el restaurante El Molinito, que este 2015 cumplió 80 años.
Se trata de uno de los restaurantes más antiguos de la ciudad y se encuentra en plena Zona Centro, en la calle Hidalgo. Presume de haber recibido a figuras como Enrique Guzmán, Johnny Laboriel, Eloy Cavazos, José Alfredo Jiménez y Lucha Villa, además de la Banda Limón y las sonoras Santanera y Dinamita.
El Molinito nació en abril de 1935, luego de que su fundador, don Manuel Franco Cortés trabajara en un establecimiento llamado El Molino Rojo, que se ubicaba a un lado del teatro Manuel Doblado.
Don Manuel falleció en la década de los 60 y su hijo se hizo cargo; en los años 90 su nieto Javier Franco Miranda tomó las riendas y todavía maneja el tradicional negocio familiar.
“La gente que llegaba a hospedarse al hotel León venía aquí porque funcionaba las 24 horas; ahora la gente ya sabe a lo que viene, por orejas, es una tradición, la oreja de elefante, igual la lengua, las suizas y las entomatadas”, platicó Francisco Javier Gutiérrez Segoviano, gerente operativo del lugar.
El restaurante se ha renovado en tres ocasiones, y a la fecha tiene capacidad para 160 comensales.