El dictamen técnico con el que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) justifica el cierre del estacionamiento del Convento de San Francisco está fechado dos días después del día en que el delegado de la dependencia en Guanajuato declaró que debía cerrarse.
El 5 de octubre Sergio Tovar, delegado del INAH, aseguró que el patio del Convento de San Francisco no podía ser utilizado como estacionamiento porque se está dañado, pero no dio mayores explicaciones.
Agregó que desde hace un año se solicitó a las autoridades eclesiásticas del Convento que se cambiara el uso que se le da al patio.
“No se puede seguir utilizando ese lugar como estacionamiento, hemos intentado hablar, hemos enviado algunas comunicaciones pero hasta el momento no ha habido una respuesta”, expuso en aquel momento el funcionario federal, al tiempo que comentó que seguirían insistiendo hasta que el recinto cesara la actividad.
Un día después, Flavio Chávez García, Guardián y representante legal de los franciscanos, orden religiosa que resguarda el lugar, aseveró que un dictamen de un estructurador certificado descarta cualquier daño al edificio histórico, por lo que no había justificación para dejar de usarlo como estacionamiento. Negó que el INAH les hubiera notificado el supuesto daño y justificó que necesitan el dinero que genera el estacionamiento para darle mantenimiento al inmueble.
“Pedimos que nos digan en qué consiste el daño estructural, si se está agrietando esta pared, sumiendo esta u otra parte, no nos dicen en qué consiste ese daño estructural, porque si hablamos que se mueve un adoquín o de que hay un raspón, ese no es daño estructural”, señaló el fray.
Un día después, el 7 de octubre, AM solicitó al INAH a través de transparencia la justificación técnica del por qué debía cerrar el estacionamiento del Convento y el documento a través del cual la autoridad respondió, tiene la misma fecha, 7 de octubre de 2015.
Es decir, en el momento que el Delegado declaró públicamente que el estacionamiento debía cerrar, no existía el dictamen técnico entregado a AM.
“El Conjunto Conventual de San Francisco en el municipio de Celaya, Gto., es un monumento histórico con clave 11 007 001, fue concebido como una obra de carácter religioso y no como estacionamiento, por lo que su vocación es distinta al uso que actualmente se le está dando. Con el tiempo las vibraciones y la contaminación emitida por los vehículos, aunado a las humedades por la capilaridad provocarán en la piedra de los muros el llamado cáncer de piedra ocasionando un deterioro irreversible al monumento, sumado además la falla geológica que afecta la ciudad de Celaya, misma que pasa por el inmueble en mención”, responde el INAH a la solicitud de información de AM.
Y como sustento anexaron dictamen técnico de afectaciones realizado por el arquitecto Mariano Alférez González, dictaminador del centro INAH Guanajuato dirigido a la arquitecta Erika Yazmin Flores García, coordinadora de la sección de monumentos históricos en Guanajuato, mismo que tiene fecha del 7 de octubre de 2015.
El 6 de octubre los frailes franciscanos desconocen si hay intereses ocultos para que cierren el estacionamiento.
Sin embargo, ya ha habido manifestaciones de dueños de estacionamientos del centro histórico y de ciudadanos en las que establecen que el cierre del estacionamiento del Convento y el reglamento aprobado por el pasado Ayuntamiento para regular establecimientos similares, busca beneficiar al estacionamiento subterráneo que se construye en el Parque Morelos.

Los motivos técnicos

El dictamen técnico entregado a AM establece:

En el extremo noriente del Claustro Mayor se presenta un gran deterioro por la presencia de la falla geológica.
En el acceso oriente del Claustro Mayor se observan varios tallones e impactos de vehículos sobre los aplanados de los muros y cubierta.
En la arcada del paramento poniente también se observan deterioros ocasionados por vehículos, ya que no cuentan con ningún tipo de protección.
El uso de estacionamiento para vehículos no es el adecuado ni compatible para estos espacios, no obstante el INAH no es competente en el uso de suelo. 
Con el tiempo las vibraciones y la contaminación emitida por los vehículos, aunado a las humedades por la capilaridad provocarán en la piedra de los muros el llamado cáncer de piedra ocasionado un deterioro irreversible.

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