No habrá un papel ni, por ahora,
una firma, pero PP, PSOE y Ciudadanos han logrado cerrar un pacto de Estado sobre unos principios mínimos para responder juntos al desafío independentista catalán.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, pretende liderar esa alianza con el compromiso de consensuar todas las medidas que se adopten, “sin discusiones estériles”, con los dos principales partidos con los que se disputará las elecciones generales. También escuchará y estudiará sus ofertas y las de otras fuerzas, como el PNV y más sectores sociales.
El Presidente ha cambiado radicalmente sus primeras intenciones de abordar en solitario la respuesta al reto soberanista planteado por la lista conjunta de Junts pel Sí y la CUP cuando registraron el pasado lunes una resolución en el nuevo Parlamento catalán para iniciar el camino hacia una república en Cataluña.
Ahora quiere ir de la mano con todos. Con todos los partidos que ya tienen representación en las Cortes en funciones y con las nuevas fuerzas emergentes aún sin diputados.
Con antiguos socios nacionalistas como Unió y PNV, con los que ya ha hablado y también citará en La Moncloa, y con los colectivos y entidades sociales que se presten.
Y se muestra satisfecho y contento de haber dado ese paso y variado totalmente su estrategia inicial.
Rajoy compareció ya anoche en La Moncloa en rueda de prensa para detallar muy pocos pasos concretos de ese pacto de Estado a varias bandas pero sobre todo para agradecer la buena disposición de todos, incluido el representante de Podemos, Pablo Iglesias, con el que apenas coincidió en nada.
El líder del PP constató, sin embargo, que lo importante ahora es haber sellado un “acuerdo previo de convivencia que nos une a todos sobre la unidad de España, la soberanía nacional, la igualdad de todos los españoles y el cumplimiento de las leyes”.
Rajoy ensalzó que sobre esa misma alianza “se han cimentado hasta ahora los años más brillantes de nuestra historia” y mantiene, por tanto, que las diferencias y discrepancias sobre los procedimientos a aplicar a partir de ahora son asuntos menores, “discusiones estériles”, que él dice haber pedido que se mantengan al margen a los candidatos de los tres partidos con los que se ha entrevistado estos días.
El consenso con el socialista Pedro Sánchez, con el que comió el miércoles en La Moncloa, y con el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, con el que se reunió durante una hora en la mañana de este viernes, es casi total sobre esos principios básicos y sobre la necesidad de impedir que se “violenten las leyes y se deslegitimen las instituciones”.

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