Esperan panaderos mantener viva la tradición del pan de muerto, por lo que ya se preparan para ofertarle a la población piedadense esta delicia.
Desde hace 21 años, Manuel Ramírez Calderón elabora pan de muerto en los primeros días de noviembre.
En la panadería del señor Jesús Torres Salazar, ubicada en la colonia México, es donde Manuel se desempeña actualmente en este oficio de crear delicias.
Un sabor especial
Don Jesús Torres dijo que esperan para esta temporada una buena venta de la pieza conocida como pan de muerto que es parecida en la preparación a las famosas conchas, solo que ésta lleva sabores especiales.
Expuso que como son un negocio pequeño, no hacen grandes cantidades, sin embargo sólo el día de ayer hicieron 120, y para el día de mañana y el mismo día 2 realizarán en promedio unos 800 panes.
De ritual de sangre a
ritual de sabor
El gusto por la elaboración de un pan especial para el caso se remonta a la época de los sacrificios humanos y a la llegada de los españoles a la entonces Nueva España (ahora México), en 1519. Cuentan que era un ritual en el México de antes de la conquista que una princesa fuera ofrecida a los dioses, su corazón aún latiendo se introducía a una olla de amaranto y después, quien encabezaba el rito, mordía el corazón en señal de agradecimiento a un dios.
Los españoles rechazaron este tipo de sacrificios y elaboraban un pan de trigo en forma de corazón bañado con azúcar pintada de rojo, simulando la sangre de la doncella.
Así surgió el pan de muerto. José Luis Curiel Monteagudo, en su libro “Azucarados Afanes, Dulces y Panes”, comenta: “Comer muertos es para el mexicano un verdadero placer, se considera la antrofagia de pan y azúcar. El fenómeno se asimila con respeto e ironía, se desafía a la muerte, se burlan de ella comiéndola”.

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