Las personas mayores que participan en actividades sociales y establecen vínculos estrechos con amigos y familiares pueden estar protegidos contra la demencia y la depresión, aseguró Ana Luisa Sosa, psicogeriatra del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía.
“Se ha visto que las personas que tienen contacto con amigos y familiares son menos propensos a la demencia y a la depresión que aquellos que están solos”, dijo.
Explicó que, cuando establecen una conversación, el cerebro se activa en su totalidad.
“Por ejemplo, mientras platican, las personas se están observando, eso activa la corteza visual; se están escuchando, eso activa la parte del oído; están analizando la información, están elaborando lo que se va a contestar.
“Además, estando con otros, hay motivo de risa, de regocijo, de satisfacción. El estar en contacto con otras personas se considera como un elemento saludable para cualquier persona, pero especialmente para el adulto mayor”, indicó en entrevista.
No sólo los ancianos sin deterioro cognitivo y demencia obtienen beneficios, sino incluso aquellos que ya los presentan.
“Puede mejorar su cognición. Puede hacer que no avance. Puede ser un factor que favorezca que no evolucionen demencia. Se estimula su actividad cerebral y puede frenarse el avance de la demencia”, puntualizó.
Aseguró que, generalmente, las personas mayores que tienen actividad social, también suelen tener actividad física e intelectual.
De hecho, mencionó la experta, no sólo es importante que realicen lo que denomina gimnasia social, sino también la física e intelectual. Es decir, deben realizar ejercicio y estar constantemente adquiriendo nuevos conocimientos.
Comentó que la familia tiene que fomentar, propiciar y animar a los abuelos de la casa a realizar estas actividades.

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