Tras salir del museo local, la primera recomendación que recibimos es tomar un mapa y elegir una de las rutas que sugiere. Pese a que se trata de una villa pequeña, sus serpenteantes y estrechas callecitas pueden tornarse en un laberinto: no hay otra forma de recorrer Gamcheon.
Las rutas transforman el paseo en un rally en el que el visitante debe recolectar un sello en cada lugar visitado, ya sea acudiendo él mismo a las casetitas donde están colocados o pidiendo la asistencia de alguno de los encargados de los locales. La promesa es que al final del recorrido, recibirá una recompensa. Los lugares donde se pueden solicitar el mapa y el regalo son el Little Museum, la Art Shop, Haneulmaru y Gamnae Eoulteo.
La ruta más larga, a buen paso, tiene una duración aproximada de dos horas, mientras que las dos restantes, más amigables, toman poco más de una hora. Nosotros nos decantamos por el llamado recorrido fácil.
Lo mejor es usar un buen par de tenis y ropa cómoda para una caminata empinada. De hecho, es muy común ver grupos de visitantes locales con bastones de montaña.
Entrados en el recorrido, calle a calle se van descubriendo las numerosas galerías y estudios que alberga la villa, separados apenas por un puñado de casitas con las puertas siempre abiertas.
Muchos de ellos ofrecen la oportunidad de que el visitante haga su propia pieza artística, como en el caso del Ceramic Ware Studio, del West Painting Studio o del Natural Dyeing Studio.
Casi en su totalidad, las fachadas de las pequeñas casas son decoradas con murales o esculturas firmadas por célebres artistas locales, como en el caso del “Alley with Running Fish”, de Jin Young-Seop, un gran pez hecho de pedazos de madera de colores sobre una barda de ladrillos de concreto; de “Nostalgia”, de Park Eun-Saeng, un mural con espejos cortados en forma de letras o símbolos; o de “Sweet Whispers of Dandelion”, de Shin Mu-Gyeong, tres dientes de león gigantes en medio de una calle, por citar unos ejemplos.
La caminata es acompasada por el sonido distante del mar, de las camionetas que intentan abrirse paso entre la multitud y de los comerciantes de la ciudad.
Los carritos de comida no deben dejarse pasar. Su oferta va desde bocadillos dulces como waffles, panqueques rellenos de semillas y aguanieves hasta botanas saladas típicas coreanas como banderillas de pescado, bolitas capeadas de pollo picante y mariscos tostados y enchilados.
Para quienes prefieren sentarse, tomar un poco de aire y una buena taza de café o té antes de colectar otro sello, también hay una decena de opciones deliciosas, como el Haneul Teahouse, Ultari Mandu, Gamnae Cafe y Wooin Coffe Shop.
Para los amantes de las selfies, Gamcheon regala decenas de oportunidades de buenos disparos, sobre todo en su Galería-callejón Miro Miro, entre cuyas piezas más populares destacan la escultura en tamaño real de “Little Prince and Desert Fox”, de Na In-Joo, un tributo al famoso Principito de Saint Exupéry; “Being One With Gamcheon”, de Moon Byeong-Tak, una escultura que consiste en tres siluetas humanas que se camuflan con la villita, y “Lighthouse Photo Zone”, un pequeño cuartito con paisajes en dos de sus caras y con un mirador en otra de sus caras.
Otros paradas obligatorias son Gamnae Eolteo, un antiguo baño público que ahora acoge un estudio de cerámica, una galería, una cafetería y un mirador; el nombrado Little Museum, que cuenta la historia de Gamcheon con objetos del pueblo y Haneulmaru, desde cuya azotea se aprecian la colina de Yongdusan, el puerto de Busan y el puerto de Gamcheon.
Al terminar el recorrido, quienes no olvidaron juntar los sellos son premiados con una postal de la villita.
Para el resto, además de las fotografías propias, aún queda la Art Shop, donde están en venta las obras creadas tanto por artistas como por residentes de Gamcheon, con artículos tan variados como piezas de cerámica, mantas tejidas a mano y piezas de madera como rompecabezas y reproducción en miniatura de las casitas de la villa.
Lo que todos se llevan, sin excepción, es la satisfacción de haber recorrido, sólo por el precio del pasaje y en un par de horas, un lugar único en el mundo.
Guía práctica
CÓMO LLEGAR
La vía más directa es volar a Seúl con escala en Estados Unidos. Aeroméxico, American Airlines y United Airlines -en cooperación con Korean Airvuelan desde la Ciudad de México con escala en Los Ángeles o Dallas.
Para trasladarse a Busan se puede utilizar el tren, autobús o acceder por avión al Aeropuerto internacional de Gimhae, que queda a tan sólo 30 minutos del centro de Busan. Una vez ahí, hay varias formas de llegar a Gamcheon: por metro (Línea 1), por tren (el Express Bus) y por autobús (desde la terminal Seobu).
PARA ENTRAR AL PAÍS
Sólo pasaporte, los mexicanos no requieren visa.
CUÁNDO IR
Gamcheon se puede visitar en cualquier momento del año, sin embargo, dependiendo del mes el viajero también podría coincidir con algunos interesantes eventos en Busan:
Febrero: Es el momento idóneo para poder apreciar el Festival de la Primera Luna Llena del Año de Gamcheon.
Abril-Mayo: La temporada de flores de cerezo hacen de la primavera en Corea del Sur una experiencia inolvidable.
Julio-Agosto: Es el tiempo ideal para visitar las hermosas playas de Haeundae y Gwangan.
Octubre: Se lleva a cabo el Festival Internacional de Cine de Busan, uno de los más prestigiosos de Asia.
DÓNDE DORMIR
Haeundae Grand Hotel. Ubicado frente a la playa de Haeundae, en Busan, este hotel cinco estrellas conjunta lo mejor de la tecnología coreana en comfort con el paisaje natural.
La reservación por noche de una habitación sencilla y doble ronda los 9 mil pesos.
Dongbang Tourist Hotel. Este hotel de 3 estrellas ofrece una oportunidad única de hospedaje a bajo costo, y pagar únicamente 886 pesos por noche. Se encuentra ubicado cerca del parque Geumgang y de una estación de metro, por lo que la movilidad a Busan está garantizada.
DÓNDE COMER
En Gamcheon hay numerosos cafés y puestos ambulantes para probar bocadillos marinos. No hay que irse de Busan sin probar el platillo local, el hoe (pescado crudo). Una típica cena en el Jagalchi Fish Market empieza con aperitivos tales como pulpos bebés aún saltando en el plato.
Luego, el platillo principal: hoe cortado en rodajas, el cual puede ser sumergido en salsa chogochujang (con sabor a pimienta) o en salsa de soya mezclada con wasabi.
La cena es completada con un tazón de arroz, acompañado con el famoso kimchi y con una sopa de pescado picante conocida como maeuntang.
MÁS INFORMACIÓN
www.airport.co.kr/doc/gimhae
www.btx.co.kr
www.busantr.com
www.letskorail.com
www.haeundaegrandhotel.com/
dongbangtouristhotelbusan.h-rez.com
www.jagalchimarket.org
www.mofat.go.kr/ENG/visa/application/index.jsp