Los rumanos lloraban, maldecían y oraban el domingo mientras se lamentaban por las víctimas de un incendio en un club nocturno, en tanto los médicos advertían que el número de muertos podría aumentar “significativamente” porque muchos de los heridos tienen quemaduras graves.
Mientras la nación entraba en su segundo día de luto, miles presentaron sus respetos en el centro nocturno Colectiv, en Bucarest, escena de la tragedia del viernes que hasta ahora ha matado a 29 personas y dejado a decenas con quemaduras graves.
En medio de lágrimas, hubo estallidos de ira y llamados a castigar a quienes consideren responsables por lo sucedido. Testigos dijeron que el incendio comenzó cuando una chispa del espectáculo de pirotecnia prendió en la decoración de espuma, la cual condujo a una estampida hacia la única salida del club.
En otra muestra de dolor, miles caminaron silenciosamente el domingo por la tarde por la capital llevando flores y fotografías de los fallecidos.
Más de 140 personas, 90 de ellas en estado crítico, siguen hospitalizados, dijo Raed Arafat, un funcionario de situaciones de emergencia, quien agregó que la cifra de muertes podría duplicarse. Atender a las víctimas del incendio del club nocturno es más complicado que tratar a alguien de una quemadura localizada, afirmó Arafat.
“Muchos sufrieron quemaduras en tráquea y pulmones, agravadas por el tipo de gases nocivos que encuentras en el espuma y mobiliario que emiten sustancias tóxicas como el cianuro. También muchas personas fueron pisoteadas”, declaró. “Desde este punto de vista, el diagnóstico y las posibilidades (de supervivencia) son reducidas”.
Ioan Lascar, doctor en el Hospital de Emergencias Floreasca, coincidió en que el número de muertes podría aumentar “significativamente” porque muchos de los lesionados tienen quemaduras graves.
“El tratamiento para quemaduras es el más complicado y costoso imaginable”, comentó. “Estamos hablando sobre hospitalización a largo plazo; un mes, mes y medio, dos, a veces incluso más”.
Lascar dijo que el hospital de emergencias ha realizado 11 traqueotomías durante el fin de semana para ayudar a las víctimas a respirar porque sufrieron quemaduras en sus pulmones. Los procedimientos implican una incisión hecha en la tráquea, donde un tubo conectado a una máquina de respiración artificial es insertado, lo cual provee más oxígeno a los pulmones.
Cuando los médicos anunciaron que dos personas más fallecieron el domingo, los dolientes se reunieron afuera del club, unos en lágrimas, otros permaneciendo en silencio, aparentemente aturdidos por la tragedia, la mayor de este tipo en Rumania. Periodistas y agentes de policía, quienes estaban trabajando, también aparecieron visiblemente conmovidos por la pena y emoción.
La gente dejó crisantemos blancos y amarillos, uno envuelto en una partitura musical, y colocaron velas rojas y blancas para crear un mar de pequeñas llamas parpadeantes, en un eco del infierno que se desató durante un concierto de la banda Goodbye to Gravity en el sótano del club nocturno ubicado en el edificio de cuatro pisos en mal estado.
“Los dueños de la discoteca y las autoridades deben ser castigadas por permitir que esto pasara”, dijo Anne-Marie Duminica, de 36 años. “Espero que se pudran en la cárcel”.
Por su parte, expertos forenses empezaron las primeras autopsias a las víctimas.
El gobierno declaró el sábado tres días de luto oficial.

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