Peritos mexicanos y expertos argentinos iniciaron el miércoles la exhumación del cadáver de Julio César Mondragón, el joven asesinado y desollado la misma noche de 2014 en que fueron detenidos y desaparecidos sus 43 compañeros de la Normal Rural de Ayotzinapa.
Un estudio de expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos encontró que la primera autopsia realizada al cuerpo del joven tuvo inconsistencias y contradicciones, por lo cual recomendó exhumarlo para hacer un nuevo estudio.
Mondragón fue uno de los seis asesinados el 26 de septiembre de 2014 en Iguala, en el estado sureño de Guerrero, aunque esas muertes quedaron en el olvido ante la magnitud de las 43 desapariciones forzosas de los estudiantes, cuyo destino todavía se desconoce.
El joven tenía 22 años cuando falleció, estaba casado y tenía una niña de dos meses en ese momento.
La autopsia original, realizada por la fiscalía estatal, señaló que el desollamiento se realizó con arma blanca pero en otra parte del mismo estudio lo atribuye a la fauna del lugar. La familia del joven consideró esta última posibilidad una “burla”.
Por la tarde del miércoles aún seguían las labores de exhumación. Algunos de los peritos usaron trajes especiales y tanques de oxígeno para realizar los trabajos.
“Ojalá sea para bien”, dijo la mamá del joven, Afrodita Mondragón, mientras preparaba café pasteles a quienes acompañaron a la familia. “Tengo un dolor aquí. Pero estoy mejor, ya puedo llorar”, añadió mientras se tocaba el pecho a la altura del corazón.
En un reciente comunicado, la familia denunció también que de las 13 fotografías a color del cadáver que hizo el perito de turno, solo siete se integraron en el expediente y en blanco y negro.
La familia ha acusado a autoridades de los tres niveles de gobierno de “obstaculizar la investigación” y pidieron que en la exhumación estuvieran presentes los peritos del Equipo Argentino de Antropología Forense, que ha participado en el análisis de las pruebas encontradas tras la desaparición de los 43 estudiantes.
“La decisión fue dolorosa y difícil, pero indispensable para conocer la verdad”, dijeron los Mondragón en un comunicado divulgado el miércoles.
El reporte de los expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos señaló que el cuerpo de Mondragón tenía “visibles muestras de tortura”, sin embargo ese delito no se menciona en la investigación estatal.
La abogada de la familia, Sayuri Herrera, confió en que la nueva autopsia deje constancia clara de que Julio César fue torturado.
Además, la familia y su abogada esperan que si se confirma la tortura, la Procuraduría General de la República atraerá el caso, como los expertos han recomendado por meses, ya que ese es un delito federal que debe investigarse de oficio.
De acuerdo con los expertos independientes, la noche del 26 de septiembre de 2014 policías locales vinculados con el crimen organizado lanzaron un ataque desproporcionado y coordinado contra alumnos de Ayotzinapa que habían llegado a esa ciudad, 200 kilómetros al sur de la capital, a tomar varios autobuses para ir a una manifestación.
Su informe dijo que todo ocurrió bajo la atenta mirada de las fuerzas federales y del ejército que no hicieron nada por ayudar a las víctimas. Además, el documento tumbó la versión oficial de que los 43 fueron calcinados en un basurero y constató obstrucción a la justicia, destrucción de pruebas y serias negligencias por parte de algunas autoridades.
El cadáver de Mondragón fue localizado por militares la mañana del 27 de septiembre tirado en una calle de Iguala. Las fotografías del cuerpo con el rostro arrancado fueron subidas a internet.
Las familias de las víctimas de Ayotzinapa sospechan que el ejército pudo estar involucrado por acción u omisión en los ataques contra los estudiantes, aunque hasta ahora lo único que se ha determinado es que fueron testigos de los hechos y no hicieron nada para evitarlo.

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