Una musa diferente

Con sus 1.80 metros de estatura y nariz grande, a Andrea Carrazco no le fue fácil escapar del “bullying” en su natal Hermosillo. Sin embargo, son precisamente esas diferencias estéticas las que la han hecho ser una de las pocas modelos mexicanas que han desfilado para Vivienne Westwood, realizado más de 50 trabajos editoriales y tener agencia en Milán, Nueva York y Seúl.
“Siempre me consideré extraña y diferente, me sentía torpe…no me gustaba mi perfil”, afirma Andrea, quien vive en NY y de visita en México modela en exclusiva la colección de Otoño-Invierno de Karl Lagerfeld para Chanel.
A pesar de las críticas que recibía, decidió confiar en el ojo de sus amigos, como el fotógrafo Iván Aguirre, quien la descubrió en Sonora y la impulsó para mudarse a
la Ciudad de México, a donde llegó llena de ilusiones y que posteriormente dejó para vivir en NY.
“La verdad, esto ha sido todo un trabajo de autoestima y conocimiento. Me sorprendió cuando empecé a verme en fotos y a la gente le gustaba. Además, es cierto que siempre es más fácil el reconocimiento fuera del País que en tu propia tierra”, afirma la modelo quien está pensando en irse a Londres, ciudad en donde se siente valorada y apreciada.
“Me encanta la capital inglesa: está llena de sabor, libertad y nuevas ideas. Además, a los diseñadores de por allá les gusto mucho. Hay una mezcla de culturas muy rica y pienso que eso es el futuro”, comenta quien es representada en México or la agencia New Icon.
“El mensaje que yo puedo transmitirle a las chicas diferentes es que no existe un patrón único de belleza, que hoy todo es relativo y que hay un espacio para todas
en este mundo. Yo soy ejemplo de ello”, agrega.
Para ella, ser modelo es convertirse en una actriz, pues se requiere de la capacidad para adoptar un look y proyectar una actitud para cada prenda.
“Cuando se prende el flash, me transformo; entonces me siento poderosa, la más atractiva, la más bonita”, dice convencida.