El año pasado se realizó una prueba de mediano plazo con un Ford Focus. El sedán americano sorprendió gratamente; aunque realmente el modelo no era americano.
En aquella ocasión se probó la versión Titanium, que aunque estéticamente es prácticamente idéntica a las demás versiones, en equipamiento difiere un poco y en su fabricación más, pues está hecha en Europa y no en Estados Unidos.
Este año el Focus ha cambiado estéticamente y se ha aprovechado el cambio para hacer una nueva prueba de manejo. Pero en esta ocasión no con la versión Titanium, sino con la versión SE; ahora sí un sedán americano.
Las expectativas siguen siendo altas; aún con ciertas reservas en la calidad de manejo, seguramente se extrañará algo del equipamiento del auto pasado.
Estéticamente el modelo en prueba luce más moderno que el anterior. Ford cambió el frente del Focus, dándole la parrilla del Fusion escalada. La parte trasera también fue mejorada y, en la unidad de prueba, hay un pequeño alerón para darle un toque ligeramente más deportivo.
En el interior se ha cambiado un poco la disposición de instrumentos y tiene ahora una cámara de reversa, aún que nuestra versión no tiene la pantalla grande en el tablero.
Mecánicamente no hay cambios importantes o evidentes. Sigue siendo el pequeño motor de 4 cilindros y 160 caballos de fuerza.
La transmisión sigue la de seis velocidades automática, pero la de doble embrague. La transmisión había sido uno de los puntos débiles de la prueba anterior y no creemos que esto vaya a cambiar. Sin embargo, Ford argumenta que ha sido recalibrada y que tiene una mejor operación.
En cuanto a equipamiento, esta versión pierde algunas comodidades importantes, incluyendo el acceso con la llave inteligente, que permitía abrir las puertas y encender el auto sin necesidad de sacar la llave del bolsillo. Una opción completamente innecesaria a la que uno se acostumbra. Lo mismo a la doble zona en el aire acondicionado, que sede su lugar a un aire acondicionado sin opción automática y de una sola zona.
Pero fuera de algunos detalles, el Focus SE de prueba pareciera tener todo el equipamiento que se buscaría en un auto e incluso un poco de más.
Cuenta con asiento eléctrico para el conductor, quemacocos, buen estéreo con conexión de bluetooth, controles en el volante. Y en cuanto a equipamiento de seguridad, que es el más importante, el Focus SE cuenta con siete bolsas de aire, además de los frenos antibloqueo y control de estabilidad.
Ahora sí es un sedán americano
El año pasado se realizó una prueba de mediano plazo con un Ford Focus. El sedán americano sorprendió gratamente; aunque realmente el modelo no era a