Nadie pensaría que una fruta chica, de apariencia poco atractiva, con una pulpa repleta de cientos de pequeñas semillas, guarde tan alto contenido nutricional. Así es la guayaba, pequeña y grande a la vez.
La planta, originaria de América, produce un fruto que contiene alrededor de 16 vitaminas, entre las que destaca la vitamina C en un porcentaje siete veces mayor que el de la naranja, incluso más que el limón y la toronja, lo que la convierte en un antigripal natural.
También posee vitaminas antioxidantes, como la A, E y del complejo B, así como un alto contenido de potasio y hierro junto con otros minerales, como magnesio, calcio, fósforo, sodio y zinc.
“La guayaba es rica en antioxidantes que benefician la visión, el cabello y la piel, fortalecen el sistema inmunológico y la formación de dientes, huesos y colágeno”, indica la nutrióloga Elma Elena Prado Rojas.
La guayaba es una excelente fuente de fibra, lo que favorece el buen funcionamiento intestinal.
Además, gracias a sus propiedades astringentes, desinfectantes y antibacterianas, contribuye a mejorar problemas estomacales, intestinales y cuadros de diarrea, y purifica el aparato digestivo.
“La guayaba es un gran alimento digestivo muy útil para lograr buenos hábitos de nutrición, especialmente en niños y en personas con debilidad o anemia”, comparte Prado Rojas.
Para algunas personas puede resultar incómodo morder las pequeñas semillas que posee en su interior, pero no debe ser pretexto para dejar de consumirla y de aprovechar todos los beneficios que ofrece al organismo.

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