Despertarte un día y saber que estas en la cúspide de tu deporte es de no creerse, así pasó con el pedalista leonés Ignacio Prado Juárez, quien ve su sueño olímpico cada vez más cerca.
“Lo que tengo ahora no lo esperaba, yo creía que el éxito sería hasta el siguiente ciclo olímpico, pero ahora que se me dio la oportunidad de estar en Río, voy a aprovecharla”, explica mientras se niega a beber café en una pequeña cafetería. Es obvio que le incomoda hablar lejos de la bicicleta, aunque poco a poco entra en confianza y suelta una ligera sonrisa.
Con 22 años y siendo parte fundamental del equipo ciclista Tenis Star Code, Nacho no se detiene a pensar en la siguiente meta, prefiere trabajar y dejarse llevar como el pilar en la prueba Omnium de Pista en la Selección Mexicana.
Prado acaba de firmar el sexto lugar del rankin del Campeonato Mundial de Pista en la prueba Omnium, evento disputado en Colombia, y ahora enfila a la tercera Copa del Mundo, en Nueva Zelanda.
“En las pruebas ellos (sus rivales de otros países) parecían unos gorilas (sic), a parte que tienen experiencia, aunque ya estando en la bici todos tenemos las mismas posibilidades…creo que las cosas van rápido, pero no me rajo”, asegura mientras se acomoda la gorra de la Selección Mexicana, con una M bordada al frente.
“Cuando llegué a la Copa, me pregunté quién soy, cómo llegué, no tenía idea de qué hacía ahí…me relajé y no me quedé con las ganas de atacar y me dejé llevar durante toda la competencia”, comentó.
A su llegada del Mundial, la sorpresa fue mayor. Prado ganó por unanimidad el Premio Estatal del Deporte, gracias a las dos medallas de plata que consiguió en los Juegos Panamericanos de Toronto.
“Yo no quería (ser nominado al Premio) porque se me hacia difícil ganarlo y me motivaron, pero pensaba que ante los chavos de tiro y de clavados no podría ganarlo, pero total, no perdía en hacerlo”.
Y aunque es un chavo, Nacho no es como los otros de su edad, quienes al escuchar fiesta, saltan. Él es más bien tranquilo.
“En el Mundial, como nadie me conocía, para mí era una ventaja. Prefiero que no me conozcan porque es una estrategia que funciona igual en la carrera y en mi vida diaria”, añade, aunque no le disgusta la idea de ser conocido para motivar a otros jóvenes.
Y aunque correr en Europa es una motivación para continuar pedaleando y expertos lo ponen como el mejor ciclista mexicano de la actualidad, él, detiene en seco la pregunta.
“Eso no es cierto… no es verdad que yo sea de los mejores de México, son especialidades, a mé me va bien en la pista y en la persecución y aunque en las contrarreloj me va bien, hay muchos ciclistas en su especialidad mejores que yo”. Respira y queda intimidado.
Pero el ciclismo de México se desangra con todo y los buenos resultados de “garbanzos de a libra”, como él. Ante eso, la exigencia de los ciclistas nacionales e internacionales es clara: faltan carreras.
“Estoy en busca de un equipo que tenga un calendario completo para poder tener más preparación en las competencias internacionales del ciclo olímpico. Si hay un equipo que me ofrezca carreras, no me importa cómo se llame, yo lo buscaría por la experiencia y las fechas en pista”, asegura.
Un tema sobre el cual no tiene tapujos al hablar es el dopaje, algo común en la disciplina, lo cual lamenta. Sin embargo, a lo que le tiene temor es “a no poder hacer lo que me gusta”.
En tenis, con pantalón holgado y playera de la Selección, Nacho se distingue en el café. Los clientes voltean y tratan de ubicarlo. No hace caso y continúa caminando. Pasos firmes, como el pedaleo, y una promesa: “la bicicleta no la voy a dejar, a lo mejor me retiro de lo elite, pero nunca dejaré de montar”.
“Voy rápido, pero no me rajo”
El leonés Ignacio Prado acepta la sorpresa de ser considerado uno de los mejores ciclistas del continente, pero nada lo distrae de la meta: Río 2016.