Si creías que no pasaba nada si no cambiabas las sábanas por más de siete días, aquí te demostramos las consecuencias de no hacerlo, y más de una buena razón para reconsiderarlo y lavarlas mínimo una vez a la semana.
“Lo razonable es cambiar las sábanas una vez a la semana, a menos que haya algún tipo de secreción de fluidos corporales u otros factores de riesgo”, explicó a Yahoo Health la doctora Marilyn C. Roberts, profesora de Ciencias de la salud ambiental y laboral en la Escuela de salud pública de la Universidad de Washington.
La mala noticia de los gérmenes
Comencemos con algunos fluidos infecciosos que pueden impregnar las sábanas: orina, vómito, diarrea, graves flatulencias, etc. En este caso “deben ser cambiadas de inmediato”. En la cama de un niño con otitis es probable que haya restos del drenaje del oído. Lo importante es saber que el pus y las bacterias que quedan en las sábanas también “son muy infecciosos”.
Si bien es cierto que la mayoría de las infecciones “más comunes” se transmiten por el contacto entre personas: “Las infecciones cutáneas se pueden transmitir a través del relleno del colchón, por lo que pueden pasar a través de las sábanas y contagiar a otra persona”.
Además, algunos compañeros o compañeras de cama pueden ser más propensos a infecciones de la piel como el SARM (Staphylococcus aureus resistente a la meticilina). Por ejemplo, alguien obeso (“al que le cuesta mucho mantener limpia la piel”), un nadador (“cuya piel tiende a está más desprotegida”), alguien que tiene cortes o rozaduras (“los que tienen más probabilidades de infectarse”) o alguien que tiene problemas con el sistema inmunológico o es viejo (“y eso depende qué tan viejo se sea, si 65 o 95”).
“El problema aparece cuando hay un patógeno causando la infección”, continúa. “Otra cosa a destacar es que las personas que tienen eczemas u otro tipo de afecciones en la piel pueden ser más susceptibles a infecciones bacterianas”.
Y no nos olvidemos de nuestros amigos peludos preferidos con los que muchos comparten almohada. “Por naturaleza, los perros no son muy higiénicos”, subraya Roberts. “Puedes ducharlos cada semana, pero salen a la calle, se olfatean con otros perros y se revuelcan en el suelo, por lo que pueden traer cualquier cosa a casa”.
“Cualquier cosa”, puede ser polen, polvo, gusanos e insectos, o incluso la enfermedad de Lyme, leptospirosis (una infección bacteriana que puede desembocar en afecciones respiratorias o provocar fallos renales y hepáticos) y la bacteria bordetella bronchiseptica, también conocida como tos de las perreras (que puede causar enfermedades en niños y personas con problemas inmunológicos).
“Las mascotas deben ser mascotas, es decir, deben tener su propio lugar para dormir porque son un nido de enfermedades humanas”, declara Roberts. “O puede que tú contagies una enfermedad como el SARM a tu mascota y que después ella te la vuelva a pasar a ti”.
Y ahora una noticia con menos gérmenes (aunque sigue siendo repugnante)
¿Sudas por la noche? “Si las sábanas están empapadas, las sacaría y las dejaría airear”, dice Roberts. “Porque si las dejas puestas no se van a secar. Cambiarlas cada día puede ser exagerado, pero sí que es necesario hacerlo al menos una vez a la semana”.
Roberts dice que en el caso de aquellos que duerman en una habitación calurosa (o al menos durante los meses de verano, si no hay aire acondicionado, claro), deben saber que pueden proliferar muchas bacterias que viven a temperatura ambiente, no importa cuánto calor haga. “De nuevo, lo razonable es cambiar estas sábanas con mayor frecuencia”, afirma. “Si tienen un olor fuerte, eso es una señal de que necesitas cambiarlas”.
Y después tenemos los ácaros del polvo, que según asegura Roberts nos acechan a todos en nuestros colchones. Las bacterias pueden vivir en el polvo y pueden provocar reacciones alérgicas.
“El verdadero riesgo es que en unas sábanas sucias tienen mayor concentración de agentes alérgenos”, explica a Yahoo Health el doctor Philip M. Tierno, profesor de microbiología y patología en la Escuela NYU de Medicina. Por tanto, estas sustancias son “inhaladas por la persona mientras duerme, lo cual puede provocarle reacciones alérgicas o asma”.
Después de la advertencia viene la buena noticia: un poco de suciedad no te matará. “Mucha gente no necesariamente se ducha cada día y se acuestan sucios”, explica Roberts. “Así que si tus sábanas se ensucian rápido, más bien se trata de una cuestión de higiene personal”.
Y, dicho sea de paso, los microbios que provocan resfriados, tampoco son una amenaza. “Es raro que se contagie un resfriado a través del contacto con la cama, porque estos virus no sobreviven fácilmente fuera del cuerpo”, afirma.
Así que mientras se respete la regla de lavar las sábanas cada siete días (más o menos) como medida básica, Roberts simplemente apela al sentido común. “Y espero que la gente invierta en su salud comprando varios juegos de sábanas”.