Las historias y los libros de los que nos enamoramos nos hacen ser quienes somos. O bien, integran una parte de nosotros, nos cambian el modo de acercarnos al mundo, compartió ayer el escritor Salman Rushdie a sus lectores en la Feria Internacional del Libro (FIL).
“El amor no es eterno y el amor por los libros tampoco, por eso debemos volver a enamorarnos tal vez de aquel libro que habíamos descartado”, expresó.
Rushdie abrió el Salón Literario de la FIL y recibió la medalla Carlos Fuentes de manos de Silvia Lemus, la viuda del escritor mexicano.
Si los libros tienen, en parte, culpa de lo que somos, tener que caminar siempre en medio de guardaespaldas se lo debe, precisamente, a un libro: “Los Versos Satánicos”, obra juzgada como blasfema para el islam.
Los días actuales de Rushdie son los de un escritor nacido en Bombay hace 68 años, que camina rodeado de un séquito de hombres trajeados al tanto de su seguridad.
Así entró y salió del abarrotado salón Juan Rulfo de la FIL, así cruzó la avenida Las Rosas para llegar al recinto.
La voz de este escritor naturalizado británico se escuchó en defensa de conservar el amor por las historias que cambian los días, como le sucedía en la infancia con los relatos hindúes.
Es así que la ficción que permite vivir la realidad desde distintas dimensiones, ofrece el privilegio de enriquecerla, mencionó.
“Escribe de lo que no conoces, uno de los caminos es dejar la casa e ir a encontrar historias en algún otro lugar”, aconsejó en su conferencia.
Advirtió que si alguien va a escribir de lo que ya sabe, debe ser realmente interesante.

El   recuerdo

En la tierra de Juan Rulfo, Rushdie dijo sentirse plenamente identificado con América Latina.
“La literatura latinoamericana me es familiar, me parece que la realidad de algunos de sus libros no está tan distante de la realidad en la que yo crecí”, dijo en conferencia de prensa.
“En la India, igual que en América Latina, hay un gran antecedente de colonialismo, y la religión es muy importante, y hay una gran diferencia entre ricos y pobres, hay una lucha entre la ciudad y el campo, hay un mundo muy familiar para mí con la diferencia que todo es en español”, agregó.
Aseguró estar al tanto de la realidad violenta que vive un País como México y de los constantes ataques y muertes a periodistas.
“Estuve el año pasado en Xalapa (en el Hay Festival) y escuché muchas historias horribles y me sentí mal por estar en un festival literario en ese momento debido a esas atrocidades, creo que muchos escritores están preocupados por este tema”, declaró.

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