Un hecho que dejó un emotiva lección fue protagonizado por el volante del Bayern Leverkusen, Hakan Calhanoglu, quien sufrió un ataque de racismo en el último partido jugado en la Bundesliga entre su equipo y el Schalke 04.
El jugador alemán, de origen turco y confesión musulmana, recibió el impacto de un pedazo de comida (al parecer carne de cerdo, teniendo en cuenta que los musulmanes no comen este tipo de comida por su religión) lanzado desde las gradas ocupadas por la hinchada del visitante Schalke 04.
Lo emocionante se dio en la reacción del jugador, quien lejos de quejarse o devolver la agresión, dio un beso a la comida.