La Unesco declaró como patrimonio inmaterial de la humanidad al vallenato colombiano, género de grandes como Rafael Escalona, Leandro Díaz y Emiliano Zuleta Baquero y que en años recientes ayudara a internacionalizar el astro Carlos Vives.
“El vallenato, música tradicional del Magdalena Grande, Colombia, inscrito en lista de salvaguardia urgente del patrimonio inmaterial. Bravo!”, escribió la Unesco en su cuenta oficial de Twitter el martes.
El acontecimiento fue exaltado de inmediato por el presidente Juan Manuel Santos, quien sostuvo en la misma red de microblogueo que la decisión de la organización respecto a este ritmo colombiano es “una acción para preservarlo para siempre”.
La determinación fue tomada en Windhoek, Namibia, según el Ministerio de Cultura colombiano.
“Este reconocimiento representa una oportunidad para que el mundo promueva el aporte del vallenato al fortalecimiento del diálogo intergeneracional y el respeto por las matrices melódicas de una música que se construye a partir de la realidad y la cotidianidad, y para que apoye las acciones para hacer frente a las amenazas que aquejan la música del vallenato tradicional”, indicó Alberto Escovar, director de Patrimonio del Ministerio de Cultura.
El vallenato, al decir del Ministerio, es un género musical autóctono de la Costa Caribe colombiana con epicentro en la antigua provincia de Padilla (actuales sur de La Guajira, norte del Cesar y oriente del Magdalena) y en la región sabanera de los departamentos de Bolívar, Sucre, Córdoba.
De acuerdo con la Unesco, “es un género musical tradicional surgido de la fusión de expresiones culturales del norte de Colombia: canciones de los vaqueros del Magdalena Grande, cantos de los esclavos africanos y ritmos de danzas tradicionales de los pueblos indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta”.
El antropólogo Sebastián Londoño comentó por teléfono a The Associated Press que “lo que se buscó (en la Unesco) fue un proceso de salvaguardia y que los nuevos compositores y músicos se interesen también por componer y retomar el poema y el amor, que son las raíces del vallenato tradicional y volverlo a sacar a la luz”.
En su concepto, con la modernización del vallenato “se ha perdido un poco el interés de esos compositores por volver a las matrices tradicionales, que tienen unos contenidos patrimoniales inmateriales enormes”.
Según expertos, tres de los más grandes juglares del vallenato son Rafael Escalona, Leandro Díaz y Emiliano Zuleta Baquero.
Escalona fue inmortalizado por el Nobel colombiano Gabriel García Márquez en su obra cumbre “Cien años de soledad”.
“En el último salón abierto del desmantelado barrio de tolerancia un conjunto de acordeones tocaba los cantos de Rafael Escalona, el sobrino del obispo, heredero de los secretos de Francisco el Hombre”, escribió García Márquez sobre su amigo Escalona.
Leandro Díaz, que nació, vivió y murió ciego, también hizo parte de la obra literaria del escritor. En la novela “El amor en los tiempos del cólera”, el creador de Macondo destaca en un epígrafe algo que compuso Díaz: “En adelanto van estos lugares: ya tienen su diosa coronada”.
Alguna vez García Márquez dijo que “Cien años de soledad” era un vallenato de 400 páginas.
En 1993 el cantante colombiano Carlos Vives llevó el vallenato al exterior con sus “Clásicos de la Provincia” y, de paso, sacó del ostracismo a los viejos compositores.
Vives hizo que el mundo conociera la composición “La gota fría”, de Zuleta Baquero.
“Me lleva él o me lo llevo yo/pa’ que se acabe la vaina/Ay Morales a mí no me lleva/porque no me da la gana/Moralito a mí no me lleva/porque no me da la gana/Que cultura, que cultura va a tener/un indio chumeca como Lorenzo Morales/que cultura va a tener si nació en los cardonales/Morales mienta mi mama/solamente pa’ ofender/para que él también se ofenda/ahora le miento la de él”, dice parte de la canción.

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