Horas de angustia vivió la leonesa Sandra del Rocío Pérez Ramírez, habitante de East Highland Ranch, que pertenece al condado de San Bernardino, California.
Este miércoles una pareja armada acribilló a asistentes a un banquete en un centro de servicios para discapacitados en San Bernardino.
El hecho ocurrió a unas cuadras de la escuela donde estudia el hijo de Sandra.
“Cuando suceden emergencias como éstas las escuelas se cierran, fue un caos total el ver que nuestros hijos estaban atrapados a unos pasos de la zona donde se declaró alerta máxima por tiroteos”, compartió vía telefónica.
La guanajuatense que vive en el país vecino desde hace 13 años, platicó que los padres de familia se comunicaron con sus hijos a través de redes sociales, pues no podían acercarse al lugar.
“Estaba muy asustada, quería llegar por mi hijo, pero había muchos cercos de seguridad que nos impedían acercarnos al centro de San Bernardino; se escuchaban patrullas, ambulancias y helicópteros”, narró.
“Mientras tanto en cada salón de la escuela implementaban actividades para que los pequeños estuvieran tranquilos por medio de juegos, bailes, lecturas, etc.”.
“Algunas maestras nos enviaron fotos de nuestros hijos para que estuviéramos tranquilas. Al ver el rostro de mi hijo sonriendo, logré calmarme”, reveló.
Casi tres horas pasaron para que pudiera recoger al menor.
“Pero la cosa no paró ahí, ya que cuando por fin recogí a mi hijo en la puerta de mi auto, anunciaron que inició una persecución en la calle por la que yo suelo regresar a casa y me detuve en una tienda para luego recoger a mi esposo que llegaba a una estación alejada de la zona”, dijo.
‘Lo peor es el terror psicológico’
Sandra agregó que, a raíz de lo ocurrido, las medidas de seguridad en algunas áreas de San Bernardino continúan. Pero se busca continuar con la rutina.
“Hoy (ayer) no pensaba llevar al niño a la escuela, pero la directora del plantel nos confirmó que era mejor que los chicos regresaran a su actividad normal, aunque noté que había muy pocos niños”, contó la leonesa.
“El ambiente en general es muy triste, la gente está consternada. San Bernardino es una ciudad muy normal, con poco movimiento (…) Hay un aeropuerto cerca del lugar y por ello mucha seguridad, por eso nadie se explica cómo pasó esto”, lamentó la paisana.
“Al menos en México sabemos que los tiroteos son parte del narcotráfico, aquí es gente enferma que de la noche a la mañana decide disparar contra inocentes. El terror psicológico es lo peor y eso es lo que se vive estos días en todo el país”, finalizó.