Era el tema de conversación entre los trabajadores de la obra.
Los albañiles apenas llegaban a la construcción del fraccionamiento Valle de Tejeda.
Eran alrededor de las 9:00 horas cuando unos empleados se dirigían por la brecha El Cuervo y sufrieron el sobresalto.
Junto a unas milpas, a un costado del camino de terracería, yacían dos cuerpos.
Mientras comenzaban sus labores las patrullas comenzaron a levantar tierra y aceleraban para llegar a ese punto.
Las autoridades confirmaron el crimen, una mujer y un hombre habían sido asesinados a balazos.
Pero había pocas pistas sobre el doble homicidio.
Las víctimas presentaban múltiples heridas de bala y tenían alrededor de 8 horas en estado de descomposición.
En la escena no había casquillos o algún indicio que permitiera esclarecer el caso.
Los nombres de los difuntos tampoco salieron a la luz, pues los criminales abandonaron sus cadáveres sin ninguna credencial para conocer su identidad.
Los empleados poco pudieron ayudar a las investigaciones, pues no vieron algún vehículo sospechoso y los asesinos habrían utilizado el mismo camino irregular que conduce hasta la carretera a San Sebastián El Grande.
Tras su llegada, elementos de la Fiscalía General del Estado y personal del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses trabajaron en el lugar por más de dos horas -con el protocolo fe feminicidio- para recabar cualquier pista que sirva a las indagatorias.

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