Las tabiqueras cercanas a la colonia El Refugio, han provocado que los habitantes se enfermen de las vías respiratorias.
Vecinos han reportado decenas de casos de padecimientos respiratorios por la contaminación de las ladrilleras. Son alrededor de 5 lugares donde elaboran tabiques, en zonas cercanas a la colonia.
La polución ha provocado que personas que viven cerca tengan problemas en vías respiratorias.

Niños, los más vulnerables
Los niños han sido los más afectados por el problema, ya que además de que en esta época se registran bajas temperaturas, el humo de las ladrilles no les permite respirar bien.
Es por esto que los vecinos solicitan ayuda para que regularicen estos negocios. Señalaron que cuando manifestaron el problema ante autoridades, les ponen como excusa que es competencia del gobierno estatal.

Molesta humo
“No se puede ni respirar bien por todo el humo y las partículas que llegan hasta mi casa… otro día iba a salir a jugar Fernanda, mi niña, pero no pudo porque tosía mucho y mejor la metí” dijo Gloria, vecina de la colonia.
Vecinos explican que el olor es como si quemaran llantas, por lo que el interior de las viviendas se impregna y es molesto.
Las amas de casa aseguran que por la contaminación, no pueden tender la ropa al aire libre, ya que por el humo se vuelve a ensuciar.
La administración anterior propuso elaborar y quemar tabiques en hornos ecológicos.

Despuntan muertes por cáncer

El aumento de casos de cáncer en niños, dejó a Guanajuato como la cuarta entidad con mayor incidencia en sólo 2 años, ocupando antes el lugar 14, según cifras oficiales de 2014-; se vincula al uso y consumo de agua radiactiva.
En octubre pasado, el Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares (ININ) de la Secretaría de Energía (Sener) certificó que un pozo de San José Iturbide, hay radiación alfa 300% por encima del límite, lo que provoca un coctel cancerígeno en la Cuenca Lerma-Chapala, con un espectro de 800 kilómetros contaminados por arsénico y fluoruro. El despunte coincide con las muertes de Jessica, Joselyn y Fernanda, de 3 y 11 años, por leucemia.

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