Cada vez, dura más tiempo el tren detenido en los diferentes cruces de la ciudad, y las autoridades municipales no han hecho nada al respecto. El martes por la noche duró dos horas parado en el cruce de las vías y las Fuentes, y esa fue sólo una de al menos cuatro paradas que hizo en todo el día.
Pareciera que es un mal al que ya se acostumbraron la mayoría de los celayenses, pero que de alguna manera causa efectos mentales, pues hay quienes al ver que se quedaron varados, o bien se bajan de sus automóviles a pelearse con otros automovilistas, hay a quienes les causa ansiedad, otros enojo, frustración o hasta neurosis.
La psicóloga Katia Rodríguez, señaló que no quiere decir que el tren desate la ansiedad –por citar un ejemplo-, sino que es una enfermedad que ya padece la persona y que se agudiza en situaciones de estrés como estar esperando dos horas a que se mueva el ferrocarril.
En otras personas desata la ira, sin contra las pérdidas “horas-hombre”.
Ya en administraciones pasadas se había prometido que se solicitaría a las empresas ferroviarias que no duren demasiado tiempo parado en los diversos cruces, sin embargo, es algo complicado porque muchas de esas veces se paran, porque están siendo saqueados los vagones.
Los regidores del actual Ayuntamiento coincidieron que es un tema que sale de su competencia, pues quien lo atiende es la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
El problema es grave, pues el bloqueo del tren y el congestionamiento vehicular genera en los celayenses una pérdida anual de 37 millones 182 mil pesos en costos de operación y en tiempo de las personas, que incrementa año con año.
Hace un trienio se calculaba que en promedio eran 83 minutos a la semana “perdidos” varados por el tren.

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