Desde la ventana de un avión ven el país que los vio nacer y crecer; a minutos de aterrizar saben que ya están en su tierra, su estado, su hogar.
Cientos de migrantes ya llegaron a Guanajuato y aunque son sólo unas semanas o días los que se quedan, para ellos es “recargar” ánimos y poder volver a Estados Unidos para salir adelante.
La historia se repite año con año, aunque para algunos sea un plazo más largo y para otros sólo “pisen y corran” de nuevo a donde encontraron una mejor calidad de vida.
De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) uno de cada cinco guanajuatenses tienen un familiar en el extranjero; el estado es uno de los cuatro estados del país con mayor expulsión de migrantes hacia la unión americana.
Los motivos son muchos pero el principal es mejorar la calidad de vida y economía, aunque eso signifique alejarse por tiempo indefinido del resto de la familia.
Los diputados federales panistas, Alejandra Reynoso Sánchez y Miguel Ángel Salim Alle, recibieron ayer al menos tres vuelos de migrantes en el Aeropuerto Internacional de Guanajuato (AIG).
Allí ambos entregaron volantes con información del programa “Diputado Amigo”, les informaron sus derechos y los exhortaron a denunciar si reciben algún tipo de maltrato por parte de las autoridades , en el aeropuerto o en las carreteras.
›› Regresa después de 8 años
A los 17 años Eugenio Rodríguez no pensaba a cuál universidad quería entrar. Él debía cruzar la frontera.
Su destino fue Los Ángeles, California, donde tiene viviendo ocho años y en donde se convirtió en mayor de edad sin sus papás e incluso donde comenzó una familia.
Ayer después de este tiempo regresó a León y vio nuevamente a sus papás. Describir el gusto de volverse a ver fue indescriptible, sus ojos nublados lo dijeron todo.
“Se fue hace como ocho años y no había venido (…) Sentí que nacimos de vuelta”, dijo su papá que le ayudaba a cargar la maleta.
Pero Eugenio sólo estará aquí 18 días que, asegura, no se comparan con el tiempo que estuvo sin ver a sus seres queridos; muchas veces sin saber de ellos por semanas y ellos sin saber si el joven lograba encontrar trabajo.
“Estoy feliz de volver a ver a mis jefes (papás), la vida allá está difícil, le sufre uno mucho para salir adelante pero gracias a Dios ahora me va bien”, dijo Eugenio al salir del aeropuerto.
Cuenta que ya habla 60% de inglés pero que al principio no fue fácil comunicarse, sobretodo cuando la discriminación está en cada esquina.
“Ahora me dedico a tumbar árboles. Pues hay de todo, autoridades buenas y malas, sobretodo por ser mexicano sí te hacen a un lado”, reconoció.
“En California hay muchos mexicanos y no hay problema pero en otro lado hay racismo, pero con el idioma ya me defiendo”, aseguró.
Además de visitar viene con otra meta: Llevarse a sus papás.
Padece racismo de los propios mexicanos
Aunque tiene 20 años viviendo en San Diego, se sigue encontrando con racismo que, quizá, es lo más difícil de vivir en Estados Unidos.
Adán Zúñiga ya no tiene acento mexicano y le cuesta recordar palabras en español, pero hay una sola cosa que lo trae de vuelta al país que no le ha dado trabajo: Su familia.
“Tengo muchos años viviendo allá, me llevó mi familia por la economía, soy mánager de donde hacen coches, soy el que maneja todo”, comentó.
“Se siente bien regresar, casi no venía y ahora ya vengo más, me quedo por dos semanas y ya nada más vengo una sola vez al año. Se siente bien volver a venir a México”, agregó rodeado de su gente.
Coincidió en lo complicado que es vivir allá al principio y acoplarse a un ritmo de vida distinto, así como a las leyes “gringas”.
Incluso dijo tener conocidos mexicanos, quienes tienen hijos que se convierten en los racistas más crueles.
“Te tratan diferente, las leyes son más estrictas que aquí; por eso me gusta venirme una temporada para acá. Los más racistas son los hijos de mexicanos que viven en Arizona, van contra su propia raza”, finalizó.
Cocinasueños ymejor vida
Florencio Mejía vive en California y trabaja como chef de un hotel; ya hizo su vida allá pero asegura que México lo llama cada año.
“Soy leonés, allá vive mi familia, pero regresar a visitar a los papás es lo mejor que uno puede hacer”, comentó.
“Allá trabajo en un hotel grande y me gusta lo que hago”, presume con dos maletas en la mano y cerca de su familia americana y mexicana, que lo espera para irse.
Pese al idioma aseguró que la vida le ha resultado más sencilla allá y con mejor economía.
Pero dijo que el racismo o discriminación no sólo lo vive en Estados Unidos, sino tambien en México. Ayer cuando aterrizó las autoridades guanajuatenses del aeropuerto revisaron todas sus cosas, una a una.
“Nunca me había pasado, me checaron todo mi equipaje y supuestamente lo pasé por rayo láser y de todos modos lo checaron los oficiales, les pregunté que si así se ‘chequeaba’ y me dijeron que sí”, narró.
“No se vale que nos tengan tanta desconfianza”, agregó.
Cada año pasa dos semanas en León para regresar a su vida cotidiana que ya no es en su país, pero sí en el que lo adoptó.
Sufren abusos de federales
Policías federales se aprovechan de los paisanos que llegan al Aeropuerto Internacional de Guanajuato (AIG).
El diputado federal panista, Miguel Ángel Salim Alle, comentó que hay varios casos de migrantes que han sido detenidos sin motivo por los elementos federales.
Los federales estacionan sus patrullas a la salida de la terminal aérea antes de llegar a la carretera, justo en ese lugar hay una glorieta con pocos señalamientos.
“En la parte de afuera no hay señalamientos y la gente puede cometer algún error y eso lo están aprovechando”, dijo Salim.
La semana pasada el legislador del blanquiazul se dio cuenta de una detención donde los oficiales le dijeron al migrante que la camioneta en la que un familiar lo recogió era robada.
Sin embargo, ante la presencia de Salim Alle lo dejaron ir porque ya no estaba el reporte de robo.
“Me acerqué para decirles que estábamos a sus órdenes, la autoridad (policías) tiene que hacer su trabajo, me vine al aeropuerto y me dijeron: de la que nos salvó diputado”, le dijo a Salim uno de los paisanos afectados.
“Le decían que tenían un vehículo robado siendo que los señores tienen 15 años con el coche, al habernos acercado se le quitó la etiqueta de robado y afortunadamente vinieron a recoger a sus familiares, pero cuántas historias como ésta no conocemos”, lamentó.
Por último, el diputado aseguró que hará una petición a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) para la colocación de señalamientos en la zona, pero también ante la delegación de la Policía Federal para evitar más abusos contra los paisanos que regresan al país durante esta temporada.