La experiencia de conducir un BMW i8 parece ficción y está muy alejada de lo que la mayoría de conductores creen común.
Para empezar, es un auto realmente bajo. Con una altura de 1.29 metros, si lo comparamos con una camioneta SUV, esta parecería un gigante con zancos. Hasta un sedán familiar luce alto comparado al i8.
Y esto se traduce en que es necesario agacharse para entrar en su cabina, lo cual permitirá a la persona promedio descubrir músculos abdominales que desconocía tener, o cuya existencia había olvidado.
La puertas parecen suficientemente comunes cuando están cerradas. Al tener acceso a la manija en la parte posterior y quererlas abrir, uno se da cuenta que se levantan.
Abrir la puerta del i8 es muy interesante y de inmediato las mayoría de las personas en los alrededores del i8 suspenden lo que estaban haciendo para mirar las aparentes alas de este futurista auto.
Para entrar al automóvil hay que hacer contorsiones, pues los estribos son más altos que el asiento.
Hay que sentarse en el estribo, luego meter por debajo del volante la pierna derecha del conductor. Luego girar el resto del cuerpo sentado en el estribo, meter la pierna izquierda y dejarse caer en el asiento.
Lo interesante es salir del auto, cuando uno en lugar de dejarse caer en el asiento debe pelear contra la fuerza de gravedad y ponerse de pie. Es exactamente invertir el procedimiento.
Al entrar al interior se percibe la sólida hechura alemana de este auto, con materiales de alta calidad y ensambles precisos.
El aroma del interior es una delicia y el diseño luce lógico, limpio y ordenado. El túnel de la transmisión es muy alto y ancho, lo cual se debe a que las baterías del motor eléctrico están contenidas dentro del mismo.
Tiene 4 asientos, los cuales están divididos por el túnel central. En la parte trasera se aprecian dos asientos muy modernos pero pequeños, con lo que queda en claro que son para niños.
El parabrisas está muy alejado y las ventanas laterales frontales son grandes, con lo que la visibilidad frontal es buena, pero la lateral, posterior y trasera no son tan afortunadas, como consecuencia de que el ultimo poste es tan inclinado. Pero en autos con motor detrás de la cabina esto es normal. Además el i8 tiene cámara posterior.
Al oprimir el botón de encendido en la consola central se enciende la instrumentación y se emite una señal auditiva electrónica indicando que el auto está listo para conducirse. Si se opta por la modalidad eléctrica “eDrive” la experiencia es más futurista, pues la propulsión es por electricidad e insonora, además de que la respuesta al acelerador es contundente e instantánea, pues todo el torque está disponible desde el arranque.
Este motor eléctrico delantero tiene 131 hp y 184 libras-pie dirigidos al eje delantero. Ofrece 37 km de conducción usando solamente electricidad, totalmente silencioso y limpio.
Si se opta por la modalidad Sport, la instrumentación es de color rojo, y se puede escuchar con claridad el motor a gasolina.
Pero, para sorpresa del conductor, no se escucha el sonido barítono o bajo de un V8 o un motor de más cilindros. En lugar de ello se escucha una entonación de tenor, lo que delata a este motor como uno pequeño, de 3 cilindros supercargado con desplazamiento de 1.5 litros.
La respuesta es robusta a bajas revoluciones, pues este motor es supercargado y con sistema variable de válvulas, con lo que para las 3700 rpm ya ha desarrollado su torque máximo de 236 libras-pie, el cual se conjuga bien con los 231 hp de poder.
Si se requiere de aceleración a fondo entra como refuerzo la parte eléctrica del tren motriz híbrido, y este auto se convierte en uno de tracción integral. En modo Sport el i8 llega del reposo a los 100 km/h en 4.4 segundos.
La construcción ligera de fibra de carbón permite al i8 tener el desempeño de autos con motorización de más cilindros o desplazamiento. Es un concepto inteligente: reducir el peso en lugar de aumentar la potencia, a la vez que se complementa con motorización eléctrica para un desempeño elevado.
En la modalidad inteligente el auto decide cuál motor usar para mayor eficiencia, ya sea eléctrica o gasolina o ambos.
La altura libre sobre el piso es muy reducida, con lo que conducir el i8 requiere de cambios en la manera de conducir, especialmente por topes, pues el auto raspa en los mismos con suma facilidad.
Cuando el camino no es maltratado resulta fácil conducir con rapidez el i8, pues tiene una marcha firme y directa. Si el camino está en malas condiciones es preferible tomar las cosas con calma, pues los impactos llegan sin filtrarse a la cabina.
La cajuela está en la parte trasera del auto y es pequeña, pues solamente tiene una capacidad de 154 litros.

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