Los doctores y diversos especialistas le veían nulas posibilidades de sobrevivir. Un ataque del narco había dejado al agente federal Iván Morales con quemaduras en poco más del 70% de su cuerpo.
Sin embargo, una ilusión lo ayudó a vencer a la muerte: ver nacer a su primer hijo.
El 1° de mayo, Morales, enlistado en la División de Inteligencia de la PF, recibió por teléfono la mejor noticia de su vida: sería padre por primera vez.
Pero a la felicidad siguió la tragedia.
Ese mismo día, el agente, asignado a un operativo en Jalisco para detener a Nemesio Oseguera, alias “El Mencho”, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación, se vio cara a cara con la muerte.
El helicóptero de la Sedena en que viajaba fue derribado por ese grupo criminal y, aunque sobrevivió al ataque -ocho militares y una compañera que iban con él no lo hicieron-, el diagnóstico médico era poco alentador.
Aun así, en el Hospital Central Militar, se aferró a la vida para conocer a su bebé. Eso le dijo a los funcionarios que los visitaron y a los médicos que lo atendían. “Voy a ser papá”, no se cansaba de presumir.
Así, tras decenas de intervenciones quirúrgicas, el agente fue al fin dado de alta.
El 22 de diciembre, Morales fue reconocido por el presidente Enrique Peña Nieto con el Mérito Policial de Primera Clase en una ceremonia donde fue ovacionado por sus compañeros.

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