Algo tan cotidiano como usar un cajero automático, un teléfono público, prender la luz en la casa o abordar un autobús resulta difícil para quienes miden menos de un metro con 25 centímetros de estatura.
Aunque no se tiene un número exacto de cuántas personas de talla pequeña hay en el País, se estima que alrededor de 300 viven en el estado de Guanajuato.
De acuerdo con especialistas, el enanismo genético abarca alrededor de 200 tipos.
Saúl Neri Gámez, médico genetista certificado por el Consejo Mexicano de Genética, explicó en entrevista que varios factores influyen para presentar este síndrome, como alteraciones nutricionales, endócrinas, renales y genéticas.
“Depende de cuál sea la causa es su frecuencia. Por ejemplo, el hipotiroidismo congénito tiene una incidencia de uno en mil y se puede detectar por el tamiz neonatal.
“Por otro lado, la talla baja secundaria o displasias óseas, de forma colectiva tienen una incidencia de uno en 5 mil recién nacidos.
“Las displasias óseas se detectan por el fallo para crecer, radiografías, luego de una evaluación por un especialista en genética es posible hacer estudios de biología molecular para encontrar el defecto genético”, platicó el especialista.

Crean fundación

Desde el año 2011, la fundación “De la cabeza al Cielo”, encabezada por Marisela Aguirre Herrera, se encarga de brindar apoyo a las personas con talla baja de Guanajuato.
“Esta idea surgió con el nacimiento de mi hijo Ricardo, quien tiene acondroplasia, que es un tipo de los 200 enanismos genético que existen.
“Nos comenzamos a reunir. Al principio mi objetivo era encontrar a más mamás que tuvieran hijos como Ricardo y fue así como empezamos a conocer a más personas con estatura pequeña”, platicó Marisela Aguirre.
La fundación se ubica en el municipio de Irapuato.

Vida sin impedimentos

Claudia Mujica es originaria de León, tiene 31 años y es de talla pequeña.
Hace casi dos años conoció a Enrique Urbina por la red social Facebook y ahora viven juntos, ella se dedica a las labores domésticas y su pareja es asesor de ventas en una agencia de automóviles.
A decir de Enrique, quien es originario del Distrito Federal, ser de talla baja no ha representado ningún problema para hacer sus actividades, él maneja vehículos y trabaja como cualquier persona.
“Siempre fui aceptado, desde pequeño y hasta la fecha soy líder. Nada se me dificulta porque busco la manera de cómo poder hacer que se me haga fácil.
“Principalmente donde batallamos más es en los espacios públicos, los lugares donde nos cuesta trabajo son donde hay mostradores, por ejemplo, en los bancos”, platicó Enrique.
Claudia consideró lo más dificil lidiar con las miradas de las personas en las calles.
“Lo más difícil que ha sido para mí, una persona con talla baja, son las críticas, las miradas, los señalamientos y hasta las ofensas que realiza la gente con la palabra enana o enano”, dijo.
Además, el apoyo familiar ha sido fundamental para salir adelante.
“Gracias a mi familia, amigos, vecinos y pareja poco a poco he ido superando las miradas que hace la gente sin que me afecte”, agregó Claudia.

‘Todos somos iguales’

Para José Reyes Villanueva la estatura es solo un número, asegura que “la gente de talla pequeña se mide de la cabeza al cielo”.
Como muchos de quienes padecen algún tipo de enanismo, ha sido víctima de discriminación, indiferencia e insultos.
“Estamos trabajando mucho en el aspecto cultural, queremos que las personas se familiaricen, que ya no se discriminen a las personas de talla baja.
“Mucha gente llega a pensar que (la talla baja) tiene que ver con lo intelectual y esto no es así, todos somos iguales y tenemos las mismas capacidades”, dijo Marisela Aguirre Herrera, presidenta de la fundación.
José Reyes Villanueva no tiene una altura promedio y desde niño se enfrentó al rechazo.
Hoy con 40 años, asegura que pudo superarlo y trata de inculcarle a su hija Milagros Maireit, también con acondroplasia, que la estatura es solo un número.
“Yo mismo como persona no me aceptaba. Muchas veces me llegué a preguntar ‘por qué yo’ porque somos 10 de familia, pero esos pensamientos no me los podía contestar porque no tenía una respuesta, la gente me decía muchas cosas, pero yo poco a poco fui superándolo”, comentó.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *