Luce como cualquier otro taller mecánico del municipio mexiquense de Metepec. Sin embargo, en el número 289 de Camino Viejo a San Mateo, el señor Álvaro ofrece un servicio que sale de lo ordinario: convertir coches convencionales en eléctricos.
“Realmente nosotros no estamos desarrollando tecnología, estamos aplicando tecnología, que es diferente”, apunta el ingeniero De la Paz Zavala sobre el trabajo que él y sus muchachos realizan.
Hasta el momento, en Alto Rendimiento Automotriz (ARA), De la Paz ha convertido una decena de automóviles. Comenzó hace una década con la intención de experimentar.
“Probablemente seamos los más antiguos (en convertir autos), fuera de las instituciones educativas, así como particulares”, presume.
Su taller abrió hace 30 años, pero fue a raíz de su participación en Fundación Tláloc, una asociación civil con 15 años de tradición en Toluca y que aboga por un México más sustentable, que surgió su interés por la ecología y, en específico, la movilidad sustentable.
En la actualidad, el precio de un coche eléctrico nuevo asciende casi al medio millón de pesos.
Convertir un auto convencional a eléctrico en el taller de Metepec cuesta aproximadamente 100 mil pesos.
“Si agregas el costo del vehículo, por menos de 150 mil pesos puedes tener un auto eléctrico que emite cero emisiones, que es exactamente igual que uno de fábrica”, asegura el ingeniero.
Compactos y económicos
Aunque cualquier modelo de auto se puede electrificar, los subcompactos son la mejor opción. Esto se debe a que vehículos más pesados necesitan más energía y, por lo tanto, más baterías. Algunos modelos que son buenos candidatos a conversión son el Chevy, el Spark y el Athos.
Además, resalta De la Paz, si el modelo es antiguo también se podrá convertir y resultará más económico.
En cuanto al tiempo que lleva convertirlo, señala que un Mini Cooper o un “vocho” implica una semana de trabajo, pues ya ha experimentado con ellos, por lo que otros en los que no ha trabajado requerirían de más tiempo.
¿Cómo funciona?
Un automóvil eléctrico no tiene un motor de combustión interna, por lo que no requiere de gasolina sino de un banco de baterías que le proporciona la energía necesaria para moverse.
Las baterías, aclara el ingeniero, son de distintos tipos y de ello depende el costo del vehículo.
En ARA tienen baterías de plomo ácido, con una vida útil de tres años, y de litio, que duran alrededor de 10 años.
“Las baterías de litio son mejores porque tienen la misma cantidad de energía, te ocupan la mitad del espacio y un tercio del peso”, explica, “entonces tú puedes ahorrar bastante con esas baterías, tener un mayor alcance, mayor distancia, mayor potencia”.
Éstas son importadas de Estados Unidos o China, lo que eleva su costo, sin embargo, aclara el ingeniero, su duración lo compensa.
Además, precisa, la ventaja del auto eléctrico es que se le pueden cambiar las baterías, por lo que primero puede usar las de plomo ácido y luego las de litio.
De acuerdo con especialistas, una de las razones por las que el consumo de autos eléctricos aún es lento es, además de su precio, que hay pocas electrolineras para recargarlo. Este año, la Comisión Federal de Electricidad inauguró cuatro cuyo uso es totalmente gratis.
Ante ello, De la Paz señala que la ventaja de los autos que convierte es que se pueden cargar en casa.
“Una de las características de nuestra versión es que los cargadores son para un enchufe doméstico. Es decir que se pueden cargar prácticamente en cualquier conexión a la red eléctrica, ya sea doméstica o de negocios, pues tienen una demanda de corriente que está dentro de las especificaciones que una instalación doméstica puede dar”, asegura.
La diferencia, reconoce, es que es más tardado.
Una recarga completa toma hasta 10 horas y te sirve para recorrer un máximo de 160 kilómetros, o menos dependiendo de si quedas atorado en el tránsito, usas el estéreo, la calefacción o el aire acondicionado.
Por eso, De la Paz Zavala recomienda no esperar hasta que se descargue por completo el automóvil. Lo recomendado es recargarlo cuando ya tiene 80% de batería y nunca dejar que llegue al 25%.
“Es conveniente modificar los hábitos. Antes, uno usaba la gasolina hasta que se acababa y ya, se llena el tanque de nuevo. Aquí lo mejor es cargar tan frecuente como sea posible. Es decir, uno llega a su casa y lo conecta. Eso le da mayor durabilidad a las baterías”, subraya.