Figura sombría de la política mexicana, rodeado de sospechas de corrupción por las que fue defenestrado políticamente tras escalar a las más altas esferas del poder como presidente del RI, Humberto Moreira fue detenido a su llegada al aeropuerto de Madrid-Barajas bajo cargos de blanqueo de dinero y malversación de fondos durante su etapa como gobernador de Coahuila.
Después del arresto fue trasladado a la Audiencia Nacional donde fue interrogado por el juez de guardia José de la Mata, que, según fuentes jurídicas, decretó prisión incondicional sin fianza para el ex político.
Moreira fue capturado en una operación dirigida por Santiago Pedraz, juez de la Audiencia, órgano que asume casos criminales como terrorismo, narcotráfico y entramados de desfalco.
Según fuentes de la investigación, la justicia española actuó a petición de un tribunal de Estados Unidos que investiga la red de blanqueo de Coahuila.
El ex Gobernador llegó en un vuelo desde México e iba a hacer escala en Madrid para volar a Barcelona, ciudad a la que se mudó en 2013 por una temporada para estudiar un máster en la Universidad Autónoma de Barcelona.
En aquel momento, su carrera política ya se había desmoronado. En 2011 había dejado el Gobierno de Coahuila para presidir el PRI, y dirigir su aparato de cara a las elecciones de 2012, pero se vio envuelto en un escándalo por el endeudamiento masivo del Estado durante su mandato y tuvo que renunciar a la presidencia del partido nueve meses después de asumirla.
Con él fuera de juego, el PRI finalmente conquistaría las elecciones y Moreira quedaría desconectado de los juegos de poder y lastrado por el peso del agujero que dejó en Coahuila. Cuando llegó al puesto de gobernador, el Estado debía unos 25 millones de dólares. Cuando lo dejó la deuda ascendía a dos mil 500 millones.
Una vida onerosa

En diciembre de 2011, su hermano mayor, Rubén Moreira, ganó las elecciones de Coahuila como candidato del PRI. Humberto, pese al poder de su familia en el Estado, se apartó del escenario público y ya en 2013 decidió tomar distancia de México yéndose a estudiar a Barcelona acompañado por su esposa y sus hijas.
Pero tampoco en Barcelona quedó libre de escrutinio. Pasados unos meses se informó en los medios mexicanos de que Moreira llevaba una onerosa vida en la capital catalana, instalado en un chalet con seis habitaciones, seis baños y piscina, y desplazándose en un coche de alta gama.
El ex político se defendió diciendo que vivía con una beca del sindicato de maestros, pues es profesor de carrera, y de sus ahorros. Posteriormente, él mismo avivó de nuevo la polémica en torno a su figura al publicar a finales de 2013 en Twitter unas imágenes suyas en las que presumía de torso musculado y recomendaba hacer crossfit. “Es muy bueno para la salud”, escribió.

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