El Equipo Argentino de Antropología Forense que participó en la investigación de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, inició la búsqueda de 23 guanajuatenses que fueron secuestrados cuando viajaban a Estados Unidos.
Los forenses argentinos que también colaboraron en 1996 con el hallazgo de los restos de Ernesto “Che” Guevara en Bolivia y la investigación de las muertas de Juárez, tomaron muestras genéticas a familiares de migrantes de San Luis de la Paz que fueron secuestrados en marzo de 2011 en el trayecto de las poblaciones de Treviño, Nuevo León, y Camargo, Tamaulipas.
La Fundación para la Justicia y Estado de Derecho Democrático es el enlace directo entre los familiares de los desaparecidos guanajuatenses y los peritos argentinos.
Samuel Kenny, quien es coordinador de incidencia de la fundación, compartió que el caso de los 23 migrantes de San Luis de la Paz fue tomado por la relevancia que tiene en el problema de las desapariciones masivas.
Toman muestras de ADN
Informó que el primer acercamiento de los peritos argentinos se realizó en agosto del año pasado, para tomar muestras de ADN a los familiares de los 23 migrantes, para su posible identificación en fosas clandestinas de Tamaulipas y otras partes del país.
Kenny precisó que el equipo argentino busca a 350 migrantes desaparecidos, entre ellos 23 guanajuatenses.
Explicó que las muestras de ADN de los parientes de los desaparecidos fueron depositadas en bancos de información del equipo argentino, para cotejar con los restos hallados en las fosas clandestinas.
Pero no sólo es la identificación genética; Samuel explicó que se tiene que investigar la escena del crimen así como búsqueda de pertenencias y antecedentes de alguna enfermedad o fracturas en la víctima para dar certeza a los familiares.
“Por respeto a los familiares de los desaparecidos se debe ser muy certeros en la identificación de los cuerpos, porque es una tortura para ellos no saber qué paso con los cuerpos, es por eso que no debemos tener errores e irregularidades en los procesos de investigación.
Ejecuciones masivasy reclutamiento forzado
Personal de la Fundación para la Justicia fungen como representantes legales de la investigación del caso San Luis de la Paz.
La organización pugna con las autoridades para que reconozca a los familiares de los desaparecidos como víctimas, y les brinde atención integral (psicológica, de salud, económica y legal).
“Las autoridades les deben mucho a las familiares de las víctimas porque nadie les contesta, nadie les hace caso, en su mayoría son mujeres que quedaron vulnerables por la falta del esposo, y es por eso que la autoridades deben de apoyarles integralmente”.
Dijo que las desapariciones de migrantes no siempre corresponden a ejecuciones o masacres en grupo, sino que hay reclutamiento forzado para el crimen organizado, trata de personas o esclavos de trabajo.
“Las autoridades son responsables y tienen el deber de saber qué pasa, porque cualquiera puede ejecutar a personas sin que haya un castigo, y esta gente (los criminales) están enviando un mensaje a las autoridades de que ellos son el poder”.
Interviene ComisiónInteramericana
Ante la falta de respuesta de las autoridades estatales y federales, los familiares de los 23 desaparecidos acudieron a exponer el caso ante la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH).
“Las autoridades no nos dan una respuesta sobre las investigaciones que se han llevado a cabo, porque no hay ningún avance”, expuso una de las víctimas ante los visitadores de la CIDH.
Refirió que se han hecho tres cambios de ministerio público desde que ocurrió la desaparición, y ninguno ha reportado un avance en la investigación.
“Buscamos por todos lados una respuesta, tuvimos que pelear para que tomara la investigación la PGR, y ninguna de estas investigaciones nos permite saber lo que pasó realmente”, expone el escrito presentado a la Comisión. “En muchas ocasiones esta investigación fue de escritorio y oficio”.
Además, los familiares denunciaron que las autoridades no cumplen con la Ley General de Víctimas, pues les han negado acceso a todo tipo de apoyo.
El 21 de marzo de 2011 fue cuando los 23 migrantes salieron de distintas comunidades de San Luis de la Paz, con destino a Estados Unidos, en busca de trabajo.
“La última información que tuvimos es que estaban en Monterrey, en un camión. Desde entonces no sabemos nada de ellos”, sintetizó la víctima que expuso el caso a la CIDH.
La desaparición masiva ocurrió en los límites de Nuevo León y Tamaulipas, entre las localidades de Treviño y Camargo. En ese trayecto, el autobús fue detenido por un grupo de encapuchados, para secuestrar a los pasajeros. A la fecha, nadie sabe nada de ellos.
TESTIMONIOS
Renace la esperanza
San Luis de la Paz.- En una pequeña casa, al lado de la calle principal del rancho Toreador de en Medio, María Lidia Morales García espera noticias de su esposo Antonio Coronilla Luna, quien desapareció desde el 21 de marzo de 2011.
Su esperanza renació cuando un grupo de peritos argentinos reinició la investigación del caso en el que su esposo y otros 22 guanajuatenses fueron secuestrados en el norte del País.
“Les hicieron pruebas de saliva, sangre y cabello a mis hijos y a mi suegra”, dijo la señora Lidia.
“No sabemos nada de ellos, no nos dicen nada (…) Nosotros presionamos que nos hagan juntas para que ellos (las autoridades) nos den la información pero siempre nos han dicho lo mismo: que no hay nada”.
La mujer relató que su esposo sólo planeaba irse por una sola vez, para reunir el dinero suficiente que le permitiera terminar de construir su casa.
“Tenía la esperanza de colar su casa, porque mi casa es casi toda de lámina y me dijo: ‘Me voy a ir para terminar o ya de perdis echarle la colada…Yo nomás le echo el colado a mi casa y me regreso”.
Un cuñado y un primo de la señora Lidia también fueron secuestrados junto con su esposo.
“Estamos con la esperanza de que ahora sí que nos digan ya encontramos el cuerpo o ya de perdis los huesos”.
Pierde a tres hijos
San Luis de la Paz.- Josefina Luna Martínez, habitante del poblado Toreador de en Medio, tiene el corazón partido en tres, porque en el mismo viaje perdió a sus hijos, Antonio, Gregorio y Mariano Coronilla.
“Yo ya no tengo la esperanza de encontrar a mis hijos vivos”, expresó la mujer, de 70 años.
“Cuando recién desaparecieron mis muchachos, me vine para abajo, pero ahora que estoy mejor…estoy trabajando”.
La mujer tiene la esperanza de que las autoridades por lo menos sean capaces de encontrar los cuerpos.
Como un tesoro invaluable conserva las fotografías de sus hijos, en una de ellas aparece abrazada de Gregorio, bailando una canción durante la celebración de una fiesta familiar un par de años antes de que desapareciera.
‘Es una angustia muy fea’
San Luis de la Paz.- Recargada a un costado de la pila del agua, María del Carmen Cruz recuerda entre lágrimas a sus dos hijos desaparecidos desde hace casi cinco años.
“Es una angustia muy fea no saber nada de mis muchachos desde que se fueron, no hay día y noche que no esté pensando en ellos”, dice la mujer.
Sus hijos Juan Manuel y José Luis Duarte Cruz tenían 30 y 25 años cuando salieron en marzo de 2011 del poblado San Rafael, ubicado al pie de la carretera 57.
La última imagen que doña María pudo ver de sus hijos fue una que le mostraron las autoridades de su paso por la Central de Autobuses de Monterrey.
“No había trabajo en el campo y se fueron, yo nunca pensé que les pasaría esto a mis hijos, mucha gente se va cada año y no les pasa nada”, añade la mujer, mientras observa los retratos de los muchachos que mandó enmarcar para tenerlos en la entrada de su casa.
Rodeada de nopaleras y magueyes, la vivienda de donde partieron Juan Manuel y José Luis quedó a “medias”, porque su intención era mandar dólares para terminarla.
“Mis hijos son muchachos trabajadores, cuando estaban aquí salían a buscar trabajo en el campo, ninguno de los dos era casado pero tenían la ilusión de tener su familia por eso se iban al norte para hacer su casita”.
‘Nuncahemossabido nada’
San Luis de la Paz.- Antonia Sánchez sale de su casa y en el rostro se refleja la alegría. Piensa que le traen noticias de su hijo Ricardo que desapareció desde marzo del 2011.
Cuando escucha que la visita es para una entrevista, su rostro cambia y las lágrimas no cesan.
Ricardo Salazar Sánchez, hijo de Antonia, salió de su casa el 21 de marzo del 2011 con un grupo de migrantes de distintas comunidades de San Luis de la Paz. Desde entonces nada se sabe de ellos. Tenía 29 años cuando se fue.
La primera vez que se fue a trabajar al norte tenía 16 años y regresó a su comunidad El Maguey Blanco ubicado a cuatro kilómetros de la cabecera municipal.
A los 20 años Ricardo se casó y procreó una hija que actualmente tiene 9 años. Comenzó a construir su casa unos 50 metros de distancia del hogar de sus padres. Ahí lo siguen esperando su esposa y su hija.
“Nunca hemos visto, ni sabido nada, yo sigo con lo mismo desde que él se fue, sólo con la esperanza que vuelva algún día”, dice su mamá Antonia, mientras se limpia sus lágrimas. “Yo siento que él está vivo, como que va regresar”.
‘Siento que va a volver’
San Luis de la Paz.- Desde hace más de cuatro años, Engracia Araiza sueña que su hijo entra a la casa; no dicen nada, pero ella está feliz, apenas puede contener la emoción de verlo, y entonces despierta.
Ella, como su madre, lo siente vivo. “Yo siento que él va a regresar”, dice mientras se frota las manos para calentarse del aire gélido que sopla con fuerza en el poblado Los Dolores.
Recuerda que la ilusión de su hijo Miguel Ángel Ramírez Araiza era ir a trabajar a Estados Unidos para poder construir una casa.
De pie, parada al lado de la reja que separa la calle de su propiedad, Engracia evoca lo doloroso que ha sido estar sin uno de sus seis hijos.
Pero ella no es la única que lo extraña. Su hermano pequeño, que ahora tiene 8 años, pregunta seguido por su ausencia.
“Todavía ayer estaba llorando porque lo único que quiere es que ya quiere que regrese su hermanito”.
Los expertos
El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) es una organización científica creada en 1984 para investigar las desapariciones de la dictadura militar.
Los peritos realizan la búsqueda mediante técnicas antropológicas, arqueológicas y de medicina forense.
Ha rastreado desaparecidos en Angola, Bolivia, Bosnia, Chile, España, Guatemala, Indonesia, Kosovo, Sierra Leona y Sudán.
Entre sus logros más importantes está el hallazgo e identificación de los restos de Ernesto ‘Che’ Guevara, entre 1995 y 1996.
Ya antes habían trabajado en México en la investigación de las muertas de Juárez.
En su investigación en el caso Ayotzinapa, cuestionaron la verdad histórica de la PGR, acerca de que los 43 normalistas habían sido incinerados en un basurero.
Los 23 de Guanajuato
Santos Eloy Peralta Hernández
Juan Manuel Rojas Pérez
Miguel Jaramillo Palacios
José García Morales
Héctor Castillo Salazar
Samuel Guzmán Castañeda
Fernando Guzmán Ramírez
Alejandro Castillo Ramírez
Valentín Alamilla Camacho
Miguel Ángel Ramírez Araiza
José Humberto Morín López
Rafael Paz Guerrero
Ricardo Salazar Sánchez
Juan Manuel Duarte Cruz
José Luis Duarte Cruz
José Antonio Guerrero López
José Manuel Pérez Guerrero
Mariano Luna Jiménez
Antonio Coronilla Luna
Gregorio Coronilla Luna
Isidro González Coronilla
Ángel Padrón Sandoval
Raúl Trejo Medina