Un ambiente neutro, generado gracias a la mezcla de texturas, colores y reflejos, armoniza con la forma del departamento Lafontaine, que, a decir de sus creadores, los arquitectos Enrique Sobrado y Carlos Ugalde, integra también un diseño contemporáneo con toques modernos.
La idea, según explican, era crear espacios amplios con pasillos que generaran experiencias cuando los usuarios se trasladaran de un ambiente a otro; por ello, la propuesta es un rectángulo con un cubo de iluminación al centro que corta el espacio en dos partes iguales, y esto se refleja en los dos niveles de la construcción.
“Para generar el ambiente deseado, dividimos el espacio en dos grandes áreas: privada y pública. La primera tiene piso de ingeniería, pieles y mármoles, mientras que en la segunda se utilizaron pisos de mármol, estructuras de acero y lambrines de madera para ocultar puertas, así como un louver de madera que vestibula el cubo del inmueble y enmarca las escaleras que son el centro del lugar”, explicó Carlos Ugalde.
El diseño de mobiliario pertenece a la marca Maper, que es otra área del despacho Sobrado+Ugalde Arquitectos, el cual se complementó con algunos artículos de importación. De acuerdo con el artífice, siempre abordan el diseño de estas piezas con algo que va unido a la arquitectura y que debe convivir en armonía.
“El diseño mismo nos permitió mezclarlo con luz y poner accesorios y lámparas donde se tenía pensado desde un inicio sin que tuviéramos que hacer modificación alguna a la construcción.
“Utilizamos materiales como piel, cromo, acero inoxidable y diversas chapas de encino, las cuales nos dieron la facilidad de entintar a los tonos del mismo departamento”, comentó Ugalde.
 

Tonalidades que crecen

El colorido de los muros es un gris claro que, al hacer contraste con los plafones blancos, da una sensación de un espacio más grande y no compite con la madera en sí. No obstante, algunas paredes que se deseaba resaltar se pintaron en beige y se enmarcaron en lugares específicos que se quería hacer notar.
“Siempre que vamos a pintar algún muro de otro color distinto al de todo el inmueble, nos aseguramos de que continúe en todo el muro y corte hasta la arista de otro distinto, es decir, jamás pintamos a la mitad paredones para poder continuar las líneas que diseñamos y construimos arquitectónicamente”, precisó.
Los matices de los muebles casi siempre son los de sus propios materiales en su estado natural, como la piel, el cristal y el acero inoxidable; dejan que ellos sean los protagonistas de cada ambiente.
La iluminación, por otra parte, crea atmósferas en distintas situaciones y su sistema deja jugar con la luz de maneras diversas, pues se atenúa o disminuye en detalles específicos. Todas las lámparas fijas son de LED nacionales y en la parte de interiorismo también resaltan bombillas vintage y de cromo, lo que da otro estilo al departamento.
En tanto la terraza fue un plus que tenía del inmueble. Se trataba de un espacio abandonado, pero un roof garden privado en el corazón de Polanco es algo difícil de encontrar, así que se decidió explotar su potencial y se le convirtió en un entorno exterior con calidez.
“Situada a un lado de la cocina, la terraza cuenta con una chimenea embutida en un muro de tabique aparente pintado de color gris y negro con láminas que enmarcan los leños de la misma. Ahí también realizamos una estructura que nos permitió subir una enredadera y dar un toque de color verde”, añadió Ugalde.
Esta propuesta se remató con una parrilla en una barra que integra tarjas y todo lo necesario para darle vida y movimiento al espacio.
 

Prueba superada
Lo más complicado fue la reestructuración de todo el departamento, pues originalmente no tenía dobles alturas ni comunicación entre los espacios. Por ello se decidió abrir un hueco en la losa para albergar las escaleras, y eso se resolvió con vigas que se dejaron expuestas, lo que dio a la estructura un gran protagonismo en el inmueble.

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