Para la familia Martínez Salazar el ser originarios de la comunidad La Candelaria los llena de orgullo, por lo que a pesar de que algunos realizaron su vida en otros lugares, cada año se reúnen para celebrar a la Virgen.
La señora Virginia Martínez Salazar, quien junto con sus hijos; Adriana, Aurora, Ernesto, Mauro, Fabiola, Juan Saúl y Vanesa, preparan con gusto esta celebración.
La fiesta ha ido cambiando y año con año hacen su “guardadito” para el festejo de la Virgen.
“Nosotros mantenemos la tradición año con año, otra cosa nos faltará pero menos celebrar a la Virgen”, apuntó la anfitriona.
La señora Virginia señaló que comienzan los preparativos desde la noche del primero de febrero, para tener todo listo a la hora de la comida el día dos de febrero.
“Empezamos a dorar todo desde la noche del lunes, ya hoy (martes) se lleva al molino se muele y se guisa el mole, y como eso de las 2 de la tarde la gente empieza a llegar a comer, es como los barrios mucha gente no la invitamos pero nunca se les niega el taco, al contrarío les ofrecemos hasta para llevar”.
Dijo que más que pagar una manda a la Virgen es la devoción que le tienen y el agradecerle sobre todo salud y la protección que les brinda a ella y a su familia “Yo soy viuda , lo que me queda son mis hijos, siempre le pido a la Virgen que me los cuide y hasta el día de hoy afortunadamente no les ha pasado nada, además mis hijos son los que me andan ayudando en los gastos y en la preparación de todo”.
Virginia platicó que su mamá la señora Florencia Salazar en vida le inculcó la tradición “por eso seguimos celebrando y a mí me gustaría que mis hijos y nietos hicieran lo mismo, yo les digo que se enseñen porque no todo el tiempo vive uno”.
Además de la unión familiar que se fomenta con la celebración, también la tienen con sus vecinos, pues Virginia afirma que aunque no inviten a la gente, mucha se acerca a su domicilio ubicado en la avenida Guanajuato para pedir un taco de comida.
“Hay mucha unión aquí todos nos conocemos y nos saludamos, muchos de los vecinos continúan con la tradición y hay otros que ya no pueden , pero así es uno aquí esta acostumbrado hacer la comida para darla” concluyó la mujer.