Tener un perro aporta numerosos beneficios a la salud, así que más allá de considerarlo sólo como un animal de compañía, hay que disfrutar de su saludable contribución.
Existe evidencia científica que demuestra que los dueños de perros tienen una vida más sana tanto a nivel físico y mental como emocional.
“Se ha comprobado que el simple hecho de acariciar un perro disminuye la frecuencia cardíaca, la presión arterial y los niveles de cortisol y aumenta los niveles de oxitocina y endorfinas”, señala Regina Ontiveros Canney, entrenadora canina profesional por Karen Pryor Academy (KPA).
La convivencia con un perro reduce emociones como enojo e ira.
“El estrés que se genera cuando nos enojamos activa la amígdala cerebral que libera altos niveles de cortisol (hormona esteroidea) y adrenalina (epinefrina)”, explica la experta con máster en etología canina por la Asociación para el Estudio del Perro y su Entorno (AEPE).
“Cuando las personas mantienen muy elevados sus niveles de cortisol por periodos prolongados pueden manifestar aumento de peso y de presión arterial, infecciones recurrentes en la piel y enfermedades del sistema musculoesquelético”.
En un estudio realizado por la Universidad de Búfalo, en EU, se sometió a un grupo de personas a una situación de alto estrés y se comprobó que el nivel de estrés de los participantes era considerablemente menor cuando en la habitación había un perro.
En el departamento de psiquiatría de la Universidad de Commonwealth en Virginia, EU, se llevó a cabo otro estudio que midió las ondas cerebrales de distintos dueños de perros antes y después de pasar un rato interactuando con ellos, y se demostró que presentaban una reducción en sus niveles de cortisol.
Recientemente, la escuela veterinaria de la Universidad de Azabu, en Japón, realizó una investigación que comprobó que las personas que interactúan con perros estimulan la liberación de oxitocina y endorfinas.
“La oxitocina es una hormona producida por el hipotálamo, conocida como la hormona de la felicidad y el altruismo, ayuda a elevar la sensación de placer, confianza y empatía”, explica Ontiveros Canney.
“Las endorfinas, por su parte, son pequeñas cadenas proteicas que se liberan a través de la médula espinal y el torrente sanguíneo para promover la calma, mejorar el humor y reducir la presión sanguínea. Son consideradas opiáceos naturales del organismo que pueden ser más potentes que los medicamentos contra el dolor”.

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