Quizá sea la delicadeza con la que cae la nieve y da cobijo a los árboles, o las singulares casas al estilo del Viejo Oeste, pero esta pequeña ciudad posee un magnetismo especial, que invita a recorrer cada uno de sus rincones. 

Ubicada a 51 kilómetros al sureste de Salt Lake City, su avenida principal, Main Street, atrapa no solo a los compradores con sus decenas de opciones, también a aquellos curiosos que se dejan endulzar los oídos con historias de su pasado. 

El primer auge de Park City se remonta a hace más de 130 años, cuando una oleada de exploradores llegó en busca de plata y la encontró en abundancia en sus montañas; en esa época, varios de los inversores se convirtieron en millonarios.

Entre ellos, George Hearst, padre del magnate de la prensa estadounidense William Randolph Hearst, en quien está inspirada la película “El ciudadano Kane” (Orson Welles, 1941) y quien fuera dueño de diarios como Los Angeles Examiner, The Chicago Examiner y The Washington Times.

Sin embargo, en la década de los 30, con La Gran Depresión, Park City tuvo que cambiar de giro.

Sus montañas no perdieron encanto; ahora, en lugar de llamar mineros, atraían esquiadores. Por la calidad su nieve, se transformó en uno de los lugares más buscados. 

Actualmente, en Main Street se encuentran todo tipo de artilugios para gozar del resort. No faltan las tiendas de souvenirs con playeras, tazas o imanes, pero muchas ofrecen algo más.

Basta con ir al número 550, para quedar fascinados con los esquís y raquetas de nieve, que datan de 1890, de Southwest Indian Traders. De madera, hechos a mano, algunos reconstruidos, alcanzan precios de más de 300 dólares.

Los encargados explican que, aunque ya son más un artículo de decoración, si alguien desea bajar la montaña con ellos, no hay problema.

Los habitantes de Park City aman lo antiguo porque viven orgullosos de sus orígenes y les gusta que todo el mundo lo sepa. 

En el 430, en Park City Jewelers, el viajero se entera por sus propietarios o por algún comunicativo vecino que en ese edificio, hacia 1919, estaba el primer estudio fotográfico de la ciudad y su dueño, Joseph Jenkins, fue uno de los primeros en tener radio en el Estado.

Más arriba, en el 309, en la tienda Sock City, llena de calcetines y medias, atendió hace casi un siglo el más respetable doctor del pueblo, William J. Bardsley.

Y cualquiera que recorra esta calle se topará con el Egyptian Theater, que desde el 21 de enero y hasta hoy fungió como una de las tantas sedes del Festival de Sundance, dedicado al cine independiente estadounidense.

Recorrer Main Street exige tiempo, pues a cada paso se halla algo que gusta a la vista, y una buena chamarra de invierno, el promedio anual en esta época es de -1 a -4 grados centígrados. 

Aunque, en las últimas semanas, la temperatura por las noches ha rondado entre los -7 y -16.

Pero quienes van a Park City dicen que, para eso, Dios inventó el café o, aún mejor, un buen bourbon.

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