Es un domingo nublado, húmedo y frío en la Ciudad Luz. Parisinos y extranjeros con bufandas y abrigos, alguno que otro con paraguas, se arremolinan al interior del Hotel Salé, uno de los palacetes más renombrados del siglo 17.
No lo hacen para huir de la ligera llovizna que cae sobre la capital francesa, sino para disfrutar del nuevo Museo Picasso de París, instalado desde 1985 dentro de este alojamiento que reabrió sus puertas en octubre pasado tras cinco años en obras.
Con una colección de más de 5 mil piezas del artista malagueño, el recinto ha dado un nuevo pulso al barrio Le Marais, uno de los más cosmopolitas y bohemios de la ciudad.
“Los parisinos aman venir a esta zona los fines de semana. Estar aquí es muy parisino; las bibliotecas están cerradas pero disfrutamos de los museos”, sentencia Armel, guía de turistas.
Ubicado en los distritos III y IV, Le Marais, como su nombre lo indica, fue una marisma, un pantano.
En el siglo 13, cuando París tenía inmensas murallas, los religiosos fueron los primeros en levantar edificios aquí. Un siglo después, la zona floreció con mansiones y palacetes mandados a construir por reyes y nobles.
Tras la Revolución Francesa entró en decadencia, pero comerciantes, inmigrantes y artistas se apropiaron del lugar.
El antiguo pantano (que alberga a la comunidad judía más grande de Europa y se ha convertido en el epicentro de la movida gay parisina) es ahora un barrio para curiosear y perderse.
Aquí, las mejores marcas tienen boutiques, hay tiendas consagradas a lo vintage y librerías especializadas, abundan las galerías de arte y se consiguen los mejores bocadillos en bistrós, como el icónico Café Charlot frente al Mercado de los Niños Rojos.
Además del Museo Picasso, que está robando reflectores, hay otros museos que ameritan una visita, como el Cognacq-Jay, de artes decorativas y el Carnavalet, consagrado a narrar la historia de la ciudad.
El recorrido se demora un poco más justo en este último debido a la constitución del edificio, la habitual de los antiguos palacetes de Le Marais: un esplendoroso jardín a la entrada y enorme patio en la parte de atrás.
Al interior, se hallan piezas tan diversas como maquetas del París durante el reinado de Luis XIV, afiches del legendario cabaret Le Chat Noir, antiguos salones de baile y hasta la habitación donde Marcel Proust escribió “En Busca del Tiempo Perdido” (1913).
Al salir, se debe caminar al, quizá, sitio más emblemático de Le Marais: la Plaza de los Vosgos, la más antigua de la Ciudad Luz. Construida por el Rey Enrique IV, está rodeada por tiendas y algunos de los edificios residenciales más caros del país.
Esta plaza ha sido testigo de la gloria y la infamia francesas: Víctor Hugo, autor de “Los Miserables” (1862), vivió en lo que ahora es un museo consagrado a su figura.
No muy lejos de ahí, también lo hizo Dominique Strauss-Kahn, ex director del Fondo Monetario Internacional caído en desgracia por escándalos sexuales.
GUÍA PRÁCTICA
¿Cómo llegar?
Desde Guadalajara Air France vuela a París con escala en la Ciudad de México.
¿Dónde quedarse?
Park Hyatt Vendôme. Desde 650 euros por habitación por noche. A unos pasos de la Ópera Garnier y la Plaza Vendôme. Es uno de los ocho hoteles en París categoría “Palacio”, según el Ministerio de Turismo Galo.
The Peninsula Paris. El primer hotel de la marca en Europa. En el sitio donde ahora se encuentra su bar Kleber, en 1973 se firmó el Tratado de la Paz para acabar la Guerra de Vietnam. Desde 700 euros por habitación por noche
¿Dónde comer?
Alcazar. Este restaurante-bar está de moda en París gracias a sus platillos con mariscos. Hay que probar el bacalao y el callo de hacha.
Más información
4 www.airfrance.com.mx
4 paris.vendome.hyatt.com
4 paris.peninsula.com
4 www.alcazar.fr
4 es.parisinfo.com
4 www.museepicassoparis.fr
4 www.carnavalet.paris.fr