Las oficinas de espacio abierto son distractoramente ruidosas. Su propósito es aumentar la colaboración y la productividad, pero sus diseños han hecho justo lo contrario. La investigación muestra que los espacios de trabajo de plano abierto reducen los períodos de atención, la memoria a corto plazo, la productividad, el pensamiento creativo y la satisfacción de los empleados. Un estudio realizado en 2003 por Herman Miller, sobre temas de privacidad, citó la “escucha de conversaciones” como la principal queja de los empleados.
Además de revertirse a oficinas privadas -lo que muchas organizaciones simplemente no pueden permitirse- ¿cuál es la solución? Simple. Enfóquese en un elemento olvidado del diseño de oficinas: el sonido.
A lo largo de una carrera musicalizando televisión, deportes, drama y noticias, he aprendido a poner en marcha el poder del sonido, y creo que podemos usarlo para recuperar parte de la privacidad, desempeño y bienestar que las oficinas de plano abierto nos han arrebatado. De hecho, el estudio de Herman Miller mostró que el camuflaje de sonido puede incrementar la productividad hasta un 38%, reducir el estrés hasta un 27% e incrementar la satisfacción con el trabajo hasta en 174%.
En las nuevas oficinas de Man Made Music en la ciudad de Nueva York, hemos asumido un enfoque holístico para resolver este problema, al crear un entorno sonoro inmersivo, que incluye instalaciones de arte sónico, listas de reproducción y señales de luz. En los cuarteles de la compañía de investigación financiera Morningstar, en la ciudad de Chicago, simples bocinas instaladas en el techo dirigen ruido blanco al espacio de los cubículos, creando conos de silencio, que le permiten realizar conversaciones telefónicas o personales simultáneas, a colegas ubicados a tan sólo unos cuantos pies de distancia entre sí. Las compañías también podrían probar el “ruido rosa” — el primo del ruido blanco, que disfraza los sonidos del habla — para permitir una concentración más profunda y mayor productividad.
Si usted está entre quienes sufren por ese problema y su compañía no está haciendo mucho para ayudar, tome sus audífonos e intente algo de entorno sonoro por sí mismo. Comience bien la mañana, con sonidos que eleven su energía y humor. Éstos pudieran ser música, noticias o un cd de meditación -lo que sea que lo ponga feliz y relajado. Cuando necesite enfocarse, recurra a las listas de reproducción. También puede explorar aplicaciones de sonido, como Thunderspace, que crea una cama de ruido blanco; Coffitivity, que imita los sonidos de una cafetería a diversas horas del día; y Ambiance, que ofrece un amplio rango de sonidos de productividad. Durante los recesos limpie su paladar sónico. Salga afuera y absorba los sonidos de la vida — autos, aves, seres humanos. Amplíe su enfoque y reoriéntese hacia su propósito antes de regresar a la oficina.
El sonido tiene la capacidad de tomar su atención, encender su imaginación y jugar con sus emociones. Las organizaciones y los trabajadores deberían comenzar a darle un mejor uso.
(Joel Beckerman es el fundador y compositor principal de Man Made Music, una compañía especializada en marcas sonoras.)