Aficionados a la fiesta brava viven inolvidable corrida nocturna,  con la cátedra que dio el rejoneador navarro Pablo Hermoso de Mendoza.

Hacía años que no se daba una corrida nocturna en el coso de La Luz, y el resultado fue positivo, pues los tendidos del coso registraron un lleno hasta las banderas.

Sin duda alguna que el poder de convocatoria de las grandes masas la tiene este fenómeno del rejoneo llamado Pablo de apellido Hermoso, y hermosos fueron las cabalgaduras que sacó para demostrar la alta escuela que tienen estos esquino, y su valentía ante los astados.

Vestido regiamente a la usanza de la región navarra, con chaleco rojo y una boina muy llamativa, mostró que es un jinete de época que domina sus cabalgaduras y es todo un espectáculo en el ruedo.  Lástima que no tuvo suerte con la espada pero si se llevó el reconocimiento del público.

En los tendidos políticos, empresarios, aficionados y “villamelones”,  vivieron una gran noche taurina.

A pie dos jóvenes toreros de Aguascalientes. Arturo Macías “El Cejas” que vestía de blanco y oro, y acabó con el terno teñido en rojo y lleno de tierra, pero como gran triunfador al obtener tres orejas, dos de su primero y una de su segundo al que brindó al matador de toros español en el retiro, Vicente Barrera.

Verde pistache y oro vistió el menor de la dinastía de los Armilla, Fermín IV,  y verde se mostró en el ruedo. Hizo algunas cosas buenas, pero aún le falta mucho por madurar a este chaval al que se le agradeció su buena voluntad y disposición. Es un buen torero al que hay que esperar.

Cerca de las 11 de la noche, los aficionados salieron del coso contentos del gran espectáculo taurino.

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