A casi dos meses de haber sido nombrado director del Instituto Cultural de León (ICL), Carlos María Flores Riveira conoce “el terreno”.

Arquitecto por la Universidad Iberoamericana, fotógrafo y gestor cultural, apuesta por la creación de una Bienal de Arte, encaminar a la Feria Nacional del Libro (Fenal) y el resurgimiento del Festival Internacional de Arte Contemporáneo (FIAC).

Su pasión, comparte, la debe a sus padres, quienes en su tiempo contribuyeron al quehacer cultural leonés.

“Desde esa parte siempre he tenido la vocación, si no naces, te haces en el transcurso, lo digo con orgullo, he tenido ese acercamiento desde la cuna”, asegura.

Desde una oficina en la segunda planta del edificio Juan N. Herrera en la Plaza Benedicto XVI, frente a Catedral, Flores Riveira comparte con am un recorrido por sus metas al frente del ICL, pero también por sus aficiones personales.

Se define como un terco de la fotografía, amante de las garnachas y fanático de ‘El Principito’, de Antoine de Saint-Exupéry, y mientras su mirada se pierde recuerda cómo inició su gusto por la cultura.

 Además de la Arquitectura, ¿qué otra de las bellas artes disfruta?

 Disfruto de la pintura, de algunos clásicos, desde muy pequeño algunos impresionistas… recuerdo que el primer pintor que me llamó la atención en la adolescencia fue Gustav Klimt, me fascinaba; puedo decir que si fuera exclusivamente de las bellas artes, la pintura es la que más disfruto.

 En cuanto a música ¿qué es de su gusto?

 Es algo que me ha acompañado también desde pequeño, tengo un gusto musical muy variado, puedo disfrutar desde una cumbia hasta Beethoven, pasando por Ligeti, algo de rock electrónico, soy muy versátil. Lo único que, hablando entre nos, me cuesta mucho trabajo escuchar es la banda y duranguense, todavía no llego a ese nivel de amplitud.

 ¿Qué conoce del sector artístico local en la actualidad?

 Conozco a varios colegas fotógrafos, a gente de teatro, a algunos escritores, la mayoría de parte de las áreas visuales, escultores… estoy empapado un poco al haber convivido con ellos en algunos talleres, exposiciones colectivas, en la beca del FONCA estuve con uno de los músicos más emblemáticos de la actualidad en la región que es Edgar Barroso, con Mabel Gutiérrez que es fotógrafa. A la mayoría los conozco por las exposiciones colectivas, las artes visuales es lo que más conozco pero llegué con un marco de referencia importante.

 ¿Cuál considera que es su principal debilidad y fortaleza al asumir el cargo de director?

 Mi principal debilidad creo que es la parte de organización, pero gracias a Dios encontré en Liz, mi secretaria, el antídoto para poder ser organizado en eso. Mi principal fortaleza quizá puede ser la ambición y las ganas de dejar un Instituto a la ciudad, que pueda además de administrar la cultura, generar procesos artístico-culturales.

 ¿Cuál es la cuestión más urgente, de acuerdo al plan de Gobierno presentado por el Alcalde?

 Hay que fortalecer cuestiones que tienen que ver con el desarrollo en las artes, el rescate de algunos proyectos como el FIAC, vamos a tratar también que el otro proyecto insignia, la Feria del Libro, empezar a vislumbrar un eje discursivo en ella, en el que sí sea la FeNaL pero no se nos disperse tanto el alcance, establecer un hilo conductor que nos lleve a identificarnos como una feria con vocación.

Y la otra sería dejarle al instituto otro proyecto insignia que se estará trabajando en estos tres años para dejarlo ya al final.

 ¿De qué se trataría?

 Estamos trabajando en ello, sería una bienal de arte, puede ser tan disperso, pero se trata de focalizar en alguna de las vertientes del arte y ver cómo puede ser.

Una de las ideas que estamos trabajando es bienal de arte y ciencia, donde podía estarse hablando sobre cómo a través de la ciencia puedes generar arte; tiene que ser un tema a discutir, a pulir e irlo trabajando, para no tener una bienal que dure una o dos ediciones y muera, necesitamos fortalecer, y esto lleva al otro punto que queremos hacer: fortalecer el tema de la investigación aplicada dentro del ICL.

Vamos a tener una revisión de los programas de acciones, un análisis y un diagnóstico y en base a eso una propuesta sobre lo que puede pasar con ese programa. Esa área es la que nos va a arrojar cómo debemos apuntalar esta bienal.

 ¿Para este fortalecimiento habrá que hacer algunos cambios?

 Lo más importante es esta revisión hacia el interior, se están incorporando algunas personas, la idea que teníamos al principio era hacer más eficiente el organigrama, es muy robusto, queremos hacer un análisis área por área para ver cómo opera y en base a eso presentar al consejo una propuesta de una reorganización de los recursos humanos.

 ¿Para cuándo se entregaría la propuesta?

 Creo que sería en una o dos juntas más de Consejo, uno o dos meses más, y que ellos dictaminen.

 El tema del Museo de las Identidades ¿cómo se fortalecería?

 Una de las ideas es que se integre a esta parte de la investigación, hacer un museo de intangibles, que se procure la investigación y el resultado se demuestre. Hay ahorita cosas interesantes dentro del museo pero la idea es apuntalarlo desde la perspectiva de la investigación. Podrían decir algunos que no es menester del ICL la parte de indagación, sin embargo sí del patrimonio cultural y para poder preservar y generar patrimonio necesito esta línea de investigación.

 Volviendo a los gustos personales ¿qué es lo que más disfruta en lecturas?

 Es una pregunta difícil, es algo que me va acompañando desde la niñez. Podría hacer un recuento.

Mi primera aproximación a los libros fue una colección que mis padres me regalaron, de cuentos; recuerdo que las ilustraciones eran fascinantes, Hansel y Gretel, Petrosinella (Rapunzel) fue mi primera aproximación.

Después de eso una edición que me atrapó desde la parte visual fue una edición para niños del Quijote, una experiencia muy rica. En la adolescencia en una clase de Español el maestro Pedro Meza Lara nos da a leer un fragmento de Corazón Delator de Edgar Allan Poe, me chuté el libro y me fascinó.

Ya un poco más grande nos dieron a leer algo de Hermann Hesse, como que va coincidiendo con los procesos del desarrollo, Lobo Estepario fue para mí muy importante.

Luego quise empezar a leer filosofía, di un paso para atrás y me eché El mundo de Sofía, que es un libro que lo he releído. En la universidad, libros de Josep Maria Montaner, libros teóricos, algunos más densos que otros pero muy significativos. El Laberinto de la Soledad, a mí me abrió varios horizontes en cuanto al autoconocimiento del yo como mexicano.

Más grande en la parte creativa, El Arte de Vivir del Arte de Felipe Ehrenberg, es una guía, para mí fue un libro de consulta. Me hubiera costado trabajar decir uno.

 Dejando de lado el aspecto artístico ¿qué otras aficiones tiene?

 Me gusta ‘garnachear’, soy tremendamente garnachero, gracias a Dios me gusta nadar, si no pesaría yo creo el doble. Disfruto mucho los ratos de ocio en mi casa, viendo televisión, haciendo de comer, soy muy hogareño. Me encanta convivir con mis hermanos, mis papás, mi esposa, mis sobrinos, mis primos y mis tíos. También me gusta mucho viajar cuando puedo

 ¿Qué pueden esperar de usted la comunidad artística y el público del ICL?

 Compromiso y trabajo, no quiero que suene como un discurso retórico nada más, es el compromiso que hice con el Alcalde y es lo que hago con toda la ciudad. Nosotros tiramos la piedra bien lejos, hablando de una bienal, de reforzar cosas, nuestro presupuesto es reducido y esto tendrá que salir de las estrategias para conseguir recursos.

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