La fe será lo único que llevará Juan Pablo Rodríguez Barroso, de 21 años de edad, originario de Irapuato, Guanajuato.
“Creo no ocupar nada más, si no la fe que está en mi corazón para llegar hasta esta visita del Papa Francisco, además de ir espiritualmente preparado para esta gran fiesta del Santo Padre Francisco”, dijo este joven quien se encuentra emocionado por esta gran fiesta que vivirán los mexicanos a partir del día de hoy.
Para el joven Juan Pablo llegar hasta Morelia, Michoacán, el 16 de febrero será muy representativo en su vida, ya que desde pequeño se ha inclinado con fe hacia la religión católica y todo lo relacionado a ella.
Juan Pablo es hijo de los señores Martín Rodríguez y Nicolasa Barroso, cuenta con dos hermanos, Edwin y Aarón, actualmente trabaja en un despacho administrativo, así como también colabora con el Instituto Municipal de Cultura, Arte y Recreación (IMCAR) y el Museo de la Ciudad en actividades culturales.
Desde muy pequeño nació su deseo por querer ser sacerdote, cuando el pertenecía a la parroquia de San Pedro, donde ayudaba como acolito, luego de varios años entro al Seminario Religioso del Espíritu Santo, apenas hace un año lo dejó por tropiezos de la vida, pero Juan Pablo no quita el dedo del renglón y asegura que su vocación es ser sacerdote, quien muy pronto regresará al Seminario.
Con la próxima visita del Papa Francisco, jamás se imaginó poder conseguir un boleto para ir a verlo a Morelia, ahora cuenta las horas para estar de cerca y recibir su bendición.
“Ir a ver al Papa Francisco es algo muy emotivo porque tengo ese fervor por el jerarca de la iglesia, estoy emocionado, toda su iglesia de México estará reunida para darle una calurosa bienvenida desde lo más profundo de nuestros corazones”, dijo.
Con la voz llena de alegría y una sonrisa, Juan Pablo refirió “Voy acompañado de dos sacerdotes amigos de mi familia, uno de ellos es el párroco Moisés Cuevas, ya estoy ansioso por ver al Papa Francisco”.
La mayor petición que le haré al momento de verlo pasar será por los jóvenes para que surjan más vocaciones, vamos con ese fervor para ayudar, todos vamos con ese gran entusiasmo.
Juan Pablo comenzó asistiendo al Seminario, ha participado en retiros juveniles y vocacionales, ahora que conoce a los Misioneros del Espíritu Santo y la Congregación quiere seguir a Cristo.
“La vocación a Dios no se puede explicar, cada uno de nosotros experimenta la vocación diferente a como Dios la quiere y yo creo que Los tiempos de Dios son perfectos”, refirió Juan Pablo.
Elegido por Dios
“Afortunado por Dios”, esas fueron las primeras palabras que pasaron por su mente, al recibir la noticia que será él quien entregue la cruz por parte de la Diócesis de Irapuato representando a los jóvenes del Centro Juvenil Diocesano Juan Pablo II.
José Víctor Lara Urrutia cuenta 20 años de edad, sus papás Faustino Lara Cornejo y Martha Amalia Urrutia Hernández, su hermana Xochilt, desde hace poco más de ocho años pertenece al Centro Juvenil Diocesano y con gran alegría recibió la noticia que podrá ir a la visita del Papa Francisco a la ciudad de Morelia, Michoacán.
Aunque como dice José Víctor, arriesgaré mi trabajo, pero esta es una oportunidad que Dios me está poniendo en mi caminar, e iré a ver al Papa, contra viento y marea, quien se desempeña como empleado en la fábrica de Suplementos Alimenticios.
Emocionado y con un nudo en la garganta, Lara Urrutia, dijo “Llevar la cruz y poderla entregar a alguno de los Obispos o cardenales que asistan a esta visita papal, es para mí muy representativo, porque además la vamos a entregar como un pequeño recuerdo, con el objetivo de que se den cuenta de que los jóvenes estamos dentro del Proyecto de Misión Joven”.
José se considera un joven honesto, aunque su vida ha cambiado desde hace ocho años para acá, se considera que antes era una persona muy diferente a comparación de lo que ahora es, pertenecer a este centro juvenil le ha dejado mucho y ser cada día mejor persona.