¡Ah! Pero estaban bien felices anotándole gol tras gol a Toluca ¿verdad?; si ya saben que equipo que golea no gana el siguiente partido ¿para qué le buscan?. Y es que en ese tipo de karma no sirve ni la protección del Nou Camp.

Una goleada versión reducida, o 2.0, fue la que se llevó el conjunto esmeralda anoche en el Nou Camp. No fue aquel 6-2 en Tuxtla, tampoco Jaguares se sentía tan en confianza como para destruir la casa ajena, pero sí la mitad de aquel tanteador, un 3-1 que sin embargo tiene la misma carga de dolor y vergüenza.

Ni la presencia de Benito Guerra en el terreno de juego trajo suficiente ánimo a los Verdes ,que parecían estar tranquilos en el primer lapso: “Ya llevamos media hora de partido y no nos han anotado gol, vamos de gane”… ¡oh ilusos!

Silvio Romero, en dos ocasiones, se encargó de devolver al conjunto verdiblanco a la tierra. ¡Aguas William!, gritaba la gente desde la tribuna, ¡Ay, Yarbrough! Pero eso te pasa por no ponerle atención a los consejos externos.

Ojalá fueras como Tena que siempre atiende a las peticiones aunque terminen por no funcionarle, o como el portero de Chiapas Óscar Jiménez que con su parecido a Memo Ochoa (pero con la diferencia de que él sí juega) evitaba cualquier sorpresa al ponerle atención a todo lo que sucedía en la cancha.

Al gol de Venegas que puso el 3-0 e incluso a la anotación de Guillermo Burdisso cuando el juego estaba por terminar, la de la honra para un León muy diferente al que venció a Toluca la semana pasada ¡nos lo cambiaron, así no se vale!

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