El primer juicio por crímenes sexuales durante la guerra civil de Guatemala ha culminado, más de 30 años después de los hechos, en elevadas penas para dos militares. 

Un tribunal condenó este viernes a 120 años de prisión al teniente coronel retirado Steelmer Reyes Girón, de 59 años; y a 240 años al ex comisionado militar (civil al servicio del Ejército), Heriberto Valdez Azij, de 74, tras encontrarlos culpables de delitos de lesa humanidadad. 

Ambos fueron juzgados por mantener secuestradas a 11 mujeres de la etnia maya-keqchí, convirtidas en esclavas sexuales de un destacamento militar.

En la lectura de la sentencia, la presidente del tribunal, Jazmín Barrios, señaló que los jueces pudieron establecer que “(…) primero desaparecieron a los hombres para dejarlas solas y abusar sexualmente de ellas”, y subrayó que “la represión del Ejército (…) se debió a que los campesinos buscaban legalizar las tierras que históricamente les pertenecían, pero los finqueros de la zona no se los permitían”.

Nada más conocerse la sentencia, las redes sociales recogieron testimonios de apoyo a las condenas de personalidades como la coordinadora residente de la ONU en Guatemala, Valerie Julliand, y la oficina del Alto Comisionado de la ONU en Guatemala.

Según el expediente, entre 1982 y 1983 estas mujeres, cuyos padres, maridos o hermanos fueron antes secuestrados y asesinados, fueron obligadas a cocinar y lavar la ropa a los soldados del destacamento de Sepur Zarco (departamento de Izabal, en el norte), donde también fueron sometidas a abusos sexuales.

El defensor de Steelmer Reyes Girón, para añadir que impugnará todo el proceso con el firme convencimiento de que el juicio “se va a caer”.

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