Así como ya están realizando trabajos de reparación en el pavimento en algunas avenidas importantes de la ciudad, en tramos de las ubicadas enla zona Nororiente y en otras de la Zona Centro es urgente su rehabilitación.
Por ejemplo, la Avenida México-Japón, el Eje Suroriente, la Ampliación Irrigación, así como otras calles más pequeñas.
Y se tiene que hacer ahora, antes de que llegue la temporada de lluvias, pues es cuando resurgen los baches que existen todo el año, pero que en ésta época son fastidiosos por los accidentes viales que pueden provocar.
En decenas de colonias se notan baches. Calles como Hidalgo, Morelos, Obregón y Guadalupe, son en las que se nota el deterioro del pavimento, así como en los ejes y la Avenida Torres Landa y El Sauz.
Sin embargo, las autoridades han afirmado en varias ocasiones que el presupuesto destinado al mantenimiento y bacheo no es suficiente para todo el año.
Aunado a esto, pocas personas saben que existe un seguro patrimonial que contrata el Municipio y que en teoría debería cubrir los daños que provocan estos baches a los vehículos.
Los ciudadanos que sean afectados en sus vehículos por algún bache, pueden demandar al Municipio y exigirle el pago de un seguro patrimonial que cada año contrata la administración. Aunque no es un trámite fácil.
Para que éste tenga efecto, se tiene que hacer una investigación previa de parte de la aseguradora y de las autoridades del Gobierno.
Desde hace años, existe la Ley de Responsabilidad Patrimonial que faculta a los ciudadanos a demandar a los ayuntamientos para exigir la reparación del daño, sin embargo, hasta el momento pocos ciudadanos han recurrido a este beneficio “reparación del daño”, que les otorga la ley.
Con esta ley, cualquier ciudadano al que se le cause un daño a su patrimonio por parte de los descuidos de las autoridades tanto municipales como estatales, puedan denunciar y solicitar la reparación del daño, sin embargo, pocas personas saben de su existencia y por ello no recurren a la exigencia de indemnización, además de los incontables trámites burocráticos que se tienen que seguir.