Para obtener el empleo de barrendero, primero se tiene que trabajar un mes de prueba, sin contrato y sin descanso.

Dos reporteros de am acudieron a una de las ‘oficinas’ de reclutamiento, y solicitaron empleo como barrenderos del turno matutino.

Ahí constataron que los trabajadores del área de barrido trabajan de lunes a domingo, con un día de descanso al mes, sin disfrutar de días festivos.

Una vez trabajados los días de prueba, se firma el contrato con el supervisor en una de las bodegas donde se encierran los carritos de basura.

El sueldo que les pagan depende del horario asignado.

Los barrenderos mejor pagados son los que cubren el horario matutino, pues reciben 1,400 pesos a la quincena, equivalente a 93 pesos diarios, que es superior al salario mínimo.

Los del turno vespertino reciben 1,200 pesos a la quincena (alrededor de 80 pesos al día).

Mientras que los del turno nocturno sólo trabajan de 9 a 12 de la noche, con una paga de 600 pesos quincenales (40 diarios).

‘¡Les voy a leer la cartilla!’

Las ‘oficinas’ de reclutamiento de una de las empresas concesionarias del barrido están en un terreno de apenas 160 metros cuadrados, en la esquina de las calles 5 de Febrero con Motolinía.

Este mismo sitio es utilizado como almacén para resguardar los carritos recolectores de basura, escobas y recogedores.

La propiedad es vigilada por un hombre de la tercera edad que se encarga de recibir las solicitudes de empleo para entregarlas al supervisor de zona, conocido como “Don Toño”.

En el interior existe un tejabán hecho con láminas oxidadas, plásticos y pedazos de maderas recicladas, además de un escritorio de madera y un par de sillas en mal estado.

El terreno tiene acceso por ambas calles, pero la entrada a la ‘oficina’ -como la llaman los empleados- es por la calle 5 de Febrero.

“¡Aquí les voy a leer la cartilla”, exclamó Don Toño a los reporteros que acudieron a pedir empleo.

“Aquí, son unas friegas porque trabajamos todos los días de la semana y también hasta el domingo, descansos a veces les toca una vez al mes, porque tengo 46 personas; dos son cubre-descanso. Tengo que sacar dos personas diarias, entonces no alcanzo de cubrir el mes”, explicó el supervisor de zona.

‘Se les va a hacer pesadito’

Sentado ante su escritorio viejo, Don Toño presumió que uno de los beneficios del empleo es que entran a trabajar a las 6:30 y salen temprano. 

“Aquí lo que se paga son mil 400 pesos a la catorcena… Se les da su casaca, gorra… y pido cuatro cosas: CURP, credencial del IFE, acta de nacimiento y solicitud con foto”, dijo enfático mientras jugaba con unas llaves.

“Se les va a hacer pesadito”, advirtió  el supervisor a los reporteros apuntados como aspirantes a barrenderos, y les exigió compromiso.

Al principio serían acompañados con gente con experiencia para saber la rapidez o lentitud al barrer.

Los reporteros preguntaron si los trabajadores contaban con prestaciones, como acceso a Infonavit, pero era imposible mantener la secuencia de la charla, pues el sonido de las llantas de los carritos de la basura vibraban en eco y los trabajadores que llegaban o se retiraban distraían con frecuencia al supervisor.

“Aquí se tiene un seguro de vida hasta por 60 mil pesos, independiente a tu Seguro Social. Yo, comúnmente el día que me entregan los papeles entran a trabajar, y al día siguiente yo llevo los papeles a la oficina y ellos tiene la obligación de darte de alta, y ya teniendo Seguro Social cotizas”. 

’Los calo un mes’

Mientras seguía saludando a los barrenderos que pasaban por su ‘oficina’, Don Toño expresó sonriente que aunque en el turno matutino la gente tiene que madrugar, la ventaja es que se tiene toda la tarde libre.

Luego, confesó las condiciones del reclutamiento:

 “Yo los calo un mes, yo no hago contrato. Bueno, yo hago contrato, pero es indefinido. Haz de cuenta: yo llevo los papeles y te aseguran luego, luego, y el contrato queda en ‘stand by’, al momento que pase el mes que se vea que fueron buenos trabajadores y que van a trabajar bien, automáticamente se les da el contrato”, dijo entre titubeos.

“Yo luego, luego le veo la zanca al pollo”, expresó en segundos Don Toño, en referencia a que de inmediato identifica a la gente que puede servir para el barrido de las calles.

Se levantó del escritorio viejo, y rectificó: el contrato también se podría firmar desde antes del mes.

Mientras buscaba una hoja entre carpetas y fólderes opacos colocados sobre el escritorio, explicó que el pago del sueldo sería con tarjeta de débito. 

“Yo les voy a dar una hoja de la empresa para que vayan a Banco Azteca y abran una cuenta de nómina con su IFE y comprobante de domicilio. Yo lo paso al corporativo para que les depositen sus días trabajados, es todo lo que hay aquí”, dijo al entregar la hoja que buscaba a los reporteros.  

La hoja para la apertura de cuenta que Antonio entregó está membretada por la empresa Profesionales en Mantenimiento y Limpieza, en un acuerdo de contrato celebrado con Banco Azteca. 

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