Cuando Caitlyn Jenner estaba saliendo por primera vez del cascarón del medallista olímpico Bruce Jenner, los estadounidenses estaban cautivados, actuaban cual voyeristas… y asombrosamente mostraron aceptación.

Muchísimo ha cambiado desde ese momento. La dudosa aceptación de personas transexual se ha disuelto en un furor nacional en torno a leyes sobre baños. Además, entre liberales, el entusiasmo por Jenner en las primeras etapas se disipó con el hallazgo de que ella… ¡es una republicana que admiraba a Ted Cruz!

Acompañé a Jenner mientras visitaba una escuela en Brooklyn, la Academia para Escritores Jóvenes, que está en un barrio bravo de clase trabajadora y que ha sido uno de los líderes en hacer que estudiantes LGBT se sientan bienvenidos. La reunión fue algo similar a una colisión: una acaudalada celebridad transexual encontrándose con un grupo de adolescentes negros LGBT de bajos recursos, viniendo de mundos diferentes pero compartiendo ansiedades y dolor.

Los estudiantes desafiaron a Jenner, y algunos de ellos habían quitado más temprano una foto de Jenner del muro, pues sentían que ella no estaba haciendo suficiente por la gente LGBT. Jenner habló con los estudiantes durante horas, ganándoselos con una divulgación de diferencias (y tomándose autofotos con ellos) al tiempo que también se vinculaba con inquietudes en común… como la ley de baños de Carolina del Norte.

“Es un malentendido total del tema”, dijo Jenner, argumentando que hay leyes ya para lidiar con depredadores y que no se ha informado de caso alguno de alguna mujer transexual que haya entrado a un baño para mujeres y haya abusado de alguien.

“Hay tres republicanos que han sido arrestados en baños para hombres por conducta lasciva”, notó Jenner. “Así que, ya saben, ¡quizá deberíamos prohibir de alguna forma que los republicanos vayan ahí alguna vez!”

La verdadera gente por la cual preocuparse, dijo, son niños transexuales que están luchando con la intimidación y el ostracismo. Un estudio nacional arrojó que 41 por ciento de las personas transexuales encuestadas había intentado suicidarse, 57 por ciento había experimentado rechazo familiar y casi un quinto había soportado la indigencia.

“Y ahora, el estado se une a la intimidación y el acoso”, agregó Jenner. “Perderán vidas debido a ello en nuestra comunidad”.

Algunos de los estudiantes en el aula han enfrentado justamente estos desafíos. Spencer Washington, adolescente negro de 17 años de edad del que se dio por hecho al nacer que era niña pero se ha sentido varón desde que era un infante, intentó suicidarse una vez (afortunadamente, no logró hacer el nudo corredizo y acabó llorando hasta quedar dormido.)

“Dejen que la gente orine en paz”, suplicó Spencer.

Jenner dijo que ella estaba trabajando “tras bambalinas” para abordar la ley de Carolina del Norte y criticó a los republicanos con respecto a ese tema. Sin embargo, ella no quiso disculparse por ser republicana, diciendo que era conservadora con respecto a temas económicos. (Por mi parte, creo en aceptar no solo a las personas transexuales, ¡sino también a republicanos!)

Menos de 1 por ciento de la población – un estimado ronda más o menos por un tercio de 1 por ciento – es transexual, porcentaje mucho menor del que es homosexual. Por tanto, Jenner le pone un rostro a la categoría de personas propensas a ser calumniadas, grupo que pudiera estar entre los más marginados en Estados Unidos.

“Tal vez esta es la razón por la que Dios me puso en esta tierra, para contar mi historia, para intentar marcar una diferencia en el mundo”, dijo Jenner. “Esto porque esta historia y este tema – trans, identidad de género, no conformarse, lo que pudiera ser – es mayor que lo que hice de vuelta en el 76 y ganar la Olimpiada. Es mayor que romper marcas mundiales y hacer todo ese tipo de cosas. Esto es sobre la vida. Esto es sobre la vida y la muerte. La gente destruye su vida a causa de lo que todos más o menos tenemos que enfrentar”.

Jenner dice que lo más difícil con respecto a declararse públicamente como mujer fueron las críticas de la comunidad transexual, y ella reconoce que tenía mucho que aprender: hasta hace un año, ella nunca había conocido a una persona transexual. Sin embargo, dice que finalmente ya se siente auténtica con respecto a su identidad.

“La pequeña Caitlyn ha vivido adentro durante muchísimos años”, dijo. “Y Bruce se alguna forma se apropió del mundo, e hizo lo suyo. Era momento de guardarlo y dejarla vivir a ella, ¿de acuerdo?”

Estos temas captaron mi interés después de haber encontrado a niños indigentes luchando con la escuela, drogas, policía, abuso sexual y suicidio; y eran, de manera desproporcionada, niños transexuales que habían sido rechazados por sus familias y por la sociedad.

Eso es lo que creo que la población general no entiende: seguro, hay temas complicados del tipo de en qué equipo deportivo debería estar el menor, o cuál regadera usar, pero son secundarios. La inquietud principal debería ser mantener a los niños seguros y vivos… y no en una crisis cada vez que sus vejigas se llenan.

Así que recuerden, esto no es sobre Jenner, quien puede cuidarse sola. Es sobre los miles de niños a lo largo de Estados Unidos que, además de toda la locura de la adolescencia, también se están dando cuenta, a menudo para su horror, que sus cuerpos y almas no se alinean, y que debido a eso pudieran enfrentar toda una vida como parias. Podemos ser mejores que eso.

Escuchemos a Spencer, quien dice: “Tan solo quiero ser amado por quién soy”.

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