La salesiana es una congregación que llegó a León para apoyar a los más desprotegidos, sobre todo los niños. Su presencia ha sido básica en la educación de generaciones de leoneses que fomentaron la devoción a San Juan Bosco con las “visitas de los martes”.
Los salesianos han buscado en León fomentar la devoción a Don Bosco, así como los valores cristianos y sociales.
“Buscamos favorecer que los fieles se acerquen a Dios y que se comprometan en sus diócesis, en la evangelización de los niños y jóvenes”, comentó el padre César Hernández.
“Así como favorecer las vocaciones cristianas al sacerdocio, a la vida consagrada, a la laicidad cristiana, y al matrimonio cristiano y al ministerio de las confesiones”, añadió.
El vicario del Santuario señaló que el trabajo en León no ha sido fácil y que una gran cantidad de personas han contribuido a que la presencia de los salesianos sea muy significativa.
Desde el propietario de los terrenos de Vista Hermosa, Adrián López González, quien donó el predio en lo que ahora es el Santuario; y otros grandes bienhechores de la obra salesiana, como: José Luis Horta, Oliva Hernández, Gustavo González y Raúl Morán, entre otros.
Era la época en que los martes miles de leoneses hacían su peregrinar desde el parque Hidalgo hasta la Ermita. Para muchos era una devoción, para otros un paseo y día de campo, pero siempre dando gracias a Don Bosco.
El Vicario compartió que el ex director de la Sinfónica de la Universidad de Guanajuato (UG) fue director de la Banda Don Bosco, que con frecuencia ofrecía conciertos en la Plaza Principal.
“Muchas personas a las que hay que agradecerles, como a Socorrito Gaona viuda de Hernández, quien fue colaboradora del Boletín Salesiano.
“Había un inspector de licores, que cuando estaba trabajando nos daba una copita a cada uno de los salesianos para animarnos. Gente como Oliva Hernández, quien nos dio de desayunar y comer durante casi un año entero”, recordó.
Las peregrinaciones de los martes a San Juan Bosco se iniciaron en 1952.