Las más de dos mil 500 personas afectadas por el cierre del gimnasio On Fitness no han obtenido una respuesta de los responsables de la franquicia.
Desde afuera se puede ver que el establecimiento, ubicado en Plaza Venezia, está vacío; en la puerta hay una cartulina con un número telefónico para que los afectados se comuniquen.
Hasta ayer por la tarde nadie contestó ninguna de las llamadas que am hizo a las 13 sucursales que presuntamente hay en el País.
En la página web del gimnasio se lee que hay ocho sucursales en el Estado de México, dos en Querétaro, una en Cuernavaca, otra en la carretera a Toluca y una más en León.
“Próximamente en Verazcruz, Azcapotzalco y Aguascalientes”, dice en el sitio web onfitness.com.
En la planta baja del gimnasio se encontraban las áreas de crossfit y box, entre otras; arriba estaban las zonas de pesas, spinning, aparatos de cardio y un salón donde se daban clases de zumba y yoga.
“Duré trabajando ahí cuatro meses, yo se los recomendé a mis amigos y familiares que sí se inscribieron, ahora me reclaman y me da vergüenza porque yo no veía venir nada de esto”, comentó Denisse Meza, maestra de zumba.
“Nos pagaban dos mil 500 a la quincena más el 1% de comisión por la venta, pero siempre tardaban en pagar y se les juntaba con el siguiente pago”, agregó.
Denisse comenta que en sus clases de zumba llegó a tener hasta 40 alumnos, lo mínimo eran 10.
En el último mes los directivos estuvieron de acuerdo en que los instructores cobraran de 5 a 10 pesos por clase en lugar de recibir un sueldo, para que los clientes que aceptaran hacer el pago siguieran ejercitándose.
El año pasado y en lo va del 2016, la delegación en Guanajuato de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ha recibido cuatro denuncias contra gimnasios por no cumplir con lo acordado y por negarse a cancelar contratos.
Incumplen con servicios
Alejandra Palma se inscribió en el gimnasio On Fitness en junio porque una amiga le aseguró que habría clases de “pole dance”.
Al pagar la promoción de dos mil pesos por un año y conocer las instalaciones notó que no había equipo para esa disciplina, pero la persona que le atendió le aseguró que pronto comenzarían las clases.
“Por mientras tomaba clases de crossfit y la verdad el instructor era muy bueno, junto con el material, pero porque dicen que era rentado”, comentó Alejandra.
“Era cómodo entrar al vapor y luego bañarse e ir a trabajar, pero eran contadas las veces que servía el vapor, casi siempre el baño estaba inundado y el agua salía muy caliente y de repente fría”, agregó.
Alejandra comentó que clientes del gimnasio aseguraban que perdían objetos como computadoras portátiles y celulares, por lo que ella prefería poner candado al locker donde dejaba su mochila.
“Antes duró el año, hasta en una ocasión quisieron hacer una huelga cuando los maestros no daban clase hasta que les pagaran”, señaló la ex cliente del gimnasio.
Roban maleta
Arely Vázquez y Cristian López se inscribieron en On Fitness en mayo del año pasado, no estuvieron conformes con las instalaciones y decidieron buscar otro.
“Hace tres semanas mi novio (Cristian) regresó y dejó su maleta en los lockers, cuando regresó para irse la bolsa ya no estaba, ahí traía su ropa, reloj, cartera y las llaves del carro que acababa de comprar”, comentó la joven.
Cristian bajó con el encargado para informar lo sucedido, le mostraron las grabaciones de seguridad y en ellas no se veía a alguien saliendo con su maleta, por lo que pidió que le mostraran la lista de personas que se registraron ese día.
“El encargado dijo que no las podía mostrar porque eran confidenciales”, agregó.
Al día siguiente el joven y su papá fueron a buscar una solución, como no estaba el encargado la persona que hacía el aseo le permitió a Cristian buscar la lista en un mueble.
“Cuando va por las hojas, ve unas llaves iguales a las de él, le informa a la señora lo sucedido, por lo que va al auto para ver si sí eran, resulta que pudo abrir el carro”, señaló Arely.
El papá de Cristian salió y pidió a policías que pasaban que intervinieran, pero al tratase de propiedad privada y de no haber denuncia previa no pudieron hacer nada.
“Ya no se recuperó nada más, pero al salir la señorita del estacionamiento nos preguntó qué había sucedido, al contarle nos dijo que ella veía cuando por la ventana del baño de hombres a veces lanzaban maletas y las subían a un carro, por eso no salió nada en las cámaras”, comentó Arely.