Mascotas de los vecinos de Puerta del Cerro mueren cuando entran al terreno donde se tiran residuos tóxicos de las tenerías de León.

“Jomes” es un perro de la raza pitbull que sufre los estragos de la contaminación en un 80 por ciento de su piel.

Su propietario, Mario Arrona, señala que los perros que se meten al terreno y que han ingerido desechos mueren irremediablemente.

“Si no mueren se les pega una especie de hongo que les afecta la piel, como si estuvieran rosados, y no se les quita con nada. Los veterinarios señalan que son los efectos de los cromos que hay en el lugar”, señala Mario mientras muestra las lesiones que tiene su mascota.

Pero lo más grave es cuando la contaminación afecta directamente a las personas.

“Mi hija se vio afectada de los riñones a causa de un extraño virus. El médico dijo que era a causa de la contaminación en la zona”, señala María Esther.

Los vecinos de Puerta del Cerro tienen temor de hablar porque están amenazados por el propietario del terreno a quien identifican como Juan Ramón Espinosa Padilla, propietario de la empresa denominada Comercializadora y Servicios Ecológicos JR de amenazarlos.

Más de dos centenares de personas viven en pleno cerro. La Comunidad se localiza en un polígono de alta contaminación.

Colinda con el terreno que sirve de tiradero de desechos tóxicos. Enfrente, atravesando la carretera, se localiza las instalaciones de Química Central, donde siguen miles de toneladas de desechos altamente tóxicos.

“Estamos hartos, cansados, asustados de tanta contaminación, pero no tenemos más a donde irnos. No es justo que las autoridades protejan a quienes contaminan abierta e impunemente”, dice Juan Luis Estrada, vecino del lugar.

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