Delincuentes profanaron el templo de Nuestra Señora del Refugio de los Pecadores, ubicado en la cima del Cerro Gordo.
También entraron a robar la tubería de cobre en la Casa de Ejercicios adjunta al recinto religioso, aprovechando la poca vigilancia y la falta de alumbrado público.
La noche del miércoles los hampones se subieron a la azotea y cortaron la tubería de cobre.
Los veladores escucharon el ruido y salieron a ver qué ocurría, por lo que los delincuentes dejaron el botín tirado a medio camino.
Pero la noche del viernes regresaron para saquear el templo.
Subieron por una escalera lateral que da a la parte superior del área del coro y quitaron uno de los vitrales para entrar.
Ya adentro utilizaron una extensión eléctrica para descolgarse desde unos cinco metros de altura.
Luego se dirigieron al Sagrario, ubicado a un lado del altar y trataron de abrirlo a golpe de cincel y martillo, destrozando la puertita de madera reforzada.
Pero al ver que estaba vacío trataron de forzar una de las alcancías sin lograrlo. Luego intentaron robarse un Niño Dios, mismo que dejaron tirado en el suelo, lo mismo que un crucifijo.
Armando Negrete, quien realiza trabajos de restauración en el templo, señaló que los ladrones trataron de escapar por un ventanal, pero no pudieron quitar el vitral y optaron por subir nuevamente a la parte alta del coro.
Para ello quitaron la escalera de un andamio, pero como no les alcanzó, utilizaron el mismo cable con el que bajaron.
En su huida dejaron un crucifijo con la leyenda: “Tilde”, supuesto nombre o apodo de uno de los sacrílegos.
Al no poder robar vasos y hostias sagradas se llevaron la herramienta del restaurador.
El sábado se dio aviso al padre Jesús Ortiz, párroco de San Maximiliano Kolbe (ubicado en Panorama), quien decidió presentar una denuncia ante la Procuraduría de Justicia.
Trascendió que el Presbítero duró más de seis horas para que lo atendieran y a tres días de que se interpuso la demanda, personal de la parroquia informó que ningún agente ministerial se ha presentado en el lugar para iniciar las investigaciones correspondientes.
Preocupa a la Arquidiócesis robos sacrílegos
La Arquidiócesis de León se muesta preocupada de que los delincuentes no respeten los recintos sagrados.
El arzobispo Alfonso Cortés Contreras hizo un llamado al presbiterio para estar más alerta en la custodia de los templos.
Luego de que el pasado fin de semana profanaron el Sagrario del templo de Nuestra Señora del Refugio, en Cerro Gordo, el párroco responsable de la custodia, el padre Jesús Ortiz Ayala, se lo notificó ayer al Prelado durante una reunión de trabajo.
“Ya se le informó al señor Arzobispo. Le dije que afortunadamente no estaba el Santísimo Sacramento (en el Sagrario), pero ese era el objetivo (de los delincuentes). Iban por los vasos sagrados, porque abrieron el boquete en el Sagrario”, narró.
“Esto fue una profanación porque además dejaron imágenes tiradas. Movieron un Niño Dios y un Santo Cristo. Pero el objetivo principal era el Sagrario, para sacar los vasos sagrados”, añadió.
Como no había más que se pudieran llevar, los hampones robaron las herramientas y otros objetos del restaurador del templo.
Los delincuentes quitaron los focos de los candiles que iluminaban el Sagrario y se los llevaron.
“Pero además tuvieron el descaro de quitar el vitral de una ventana y dañar el Sagrario”.
Se estima que el robo ocurrió alrededor de las seis de la tarde del viernes pasado.
Dos días antes se robaron las instalaciones hidráulicas de cobre de la Casa de Ejercicios, ubicada a corta distancia del recinto religioso.
“No se llevaron la tubería porque las personas que están ahí gritaron, pero sí causaron daños. Lo quitaron y ahora hemos tenido que instalar de nuevo la tubería, pero ahora de pvc”, señaló el padre Ortiz.
“Ya es preocupante que no respeten los templos. Hace unos días en Guanajuato capital quemaron con mucha saña un espacio donde se celebraba misa”, finalizó.
El 10 de febrero pasado un delincuente murió al caer a 13 metros de altura cuando trató de entrar a robar la caja fuerte en la parroquia del Señor de los Milagros, ubicado en la colonia Anaya.