El titular de la Procuraduría Ambiental y Ordenamiento Territorial (PAOT), Juan Pablo Luna Mercado, ordenó llevar a cabo una visita de inspección a la empresa Comercializadora y Servicios Ecológicos JR en la comunidad de Puerta del Cerro.
Poco después de las 9 de la mañana llegaron los inspectores de la PAOT Mario Ángeles Ramírez y Ramón Rodríguez Salas al terreno que el empresario Juan Ramón Espinosa Padilla utiliza como basurero de desechos de tenerías de León.
Los representantes de la Procuraduría llegaron resguardados por cuatro patrullas y ocho elementos de la Policía Preventiva de Purísima del Rincón, dado que el terreno pertenece a dicho municipio. El encargado del depósito de lodos, Bernardo Rodríguez Moreno, se comunicó telefónicamente con su patrón, Juan Ramón Espinosa.
A las 11:15 horas inició la visita de inspección. Salomón Salmerón, de la misma PAOT, llegó a reforzar el operativo.
El litigante Jorge Eduardo Quesada González, representante legal del empresario, ordenó que se abrieran las puertas de malla ciclónica, y permitieran el acceso al depósito de lodos contaminados.
El olor era fétido, y el mismo defensor dijo a los inspectores que eso no se podía quitar, y aseguraba que lo que depositaban ahí no era contaminante.
Incluso pidió a los verificadores de la PAOT que preguntaran a los empleados quién estaba enfermo a causa del manejo de los desechos.
“No hay nadie enfermo. Eso quiero que lo asiente en el acta”, apuntó el abogado. En la “cima” de los desechos hay tres grandes contenedores donde descargan las pipas de la podredumbre que recogen de todas las tenerías que se localizan en la zona urbana.
Los inspectores tomaron nota de todo, fotografías del lugar, y poco cuestionaban al abogado que se empeñaba en tratar de convencer de que el proceso no era contaminante.
Añadió que dentro del proceso secaban los lodos, y los lixiviados eran enviados a través de canaletas y ductos hasta el drenaje sanitario que pasa en el Ecobulevar León-San Francisco del Rincón. No hay ninguna planta de tratamiento para estos pestilentes líquidos que emanan de los lodos por doquier.
Poco antes de las 2 de la tarde terminó la inspección, se levantaron las actas y se enviaron al procurador Juan Pablo Luna Mercado, quien determinará si se clausura o no el lugar.
Viven con la angustia
Hasta 18 pipas de lodos tóxicos llegaban a descargar por día en la comunidad de Puerta del Cerro.
Miles de toneladas de desechos de tenerías de León se encuentran confinadas en el lugar a lo largo de más de 16 años.
Graciela Muñoz Muñoz vive en una modesta casa, acompañada de su esposo y cinco hijos.
A pesar de tener sólo 52 años, representa mayor edad, y señala que los médicos le han diagnosticado problemas en la sangre a causa de la contaminación.
“No es lo mismo trabajar desde un escritorio que vivir aquí. En un día llegamos a contar hasta 18 pipas descargando su porquería. Llegan y tiran todo. El agua pestilente escurre por todos lados sin saber a dónde se va”, señala la vecina.
El terreno donde depositan los desechos está a medio cerro, así que cuando llueve bajan corrientes de agua y se genera una mayor contaminación.
Por ello, los mismos vecinos construyeron un pequeño canal para el agua pluvial. El canal fue borrado por el empresario Juan Ramón Espinosa Padilla para que pudieran pasar las pipas. Lo rellenó de tepetate.
“En temporada de calor y de lluvia esto es un foco de infección. Hace una semana comenzaron a quemar desechos de lodos por la noche y la situación se tornó más insoportable. Las autoridades no han hecho nada para acabar este problema, pues dicen que tiene un amparo el empresario”, dice Marisol Hernández.
A una cuadra del lugar hay un pequeño kínder. Pasar por este depósito de lodos es casi obligado por las amas de casa, algunas de las cuales colocan cubrebocas a los pequeños.
‘No me he enfermado’
A pesar de no contar con un permiso de uso de suelo para confinar desechos tóxicos, la empresa Comercializadora y Servicios Ecológicos JR sigue operando.
Los cinco empleados que se encargan de recibir y procesar los lodos siguen trabajando normalmente.
El encargado del lugar, Bernardo Rodríguez Moreno, en su motocicleta y armado con un celular se encarga de mantener informado al propietario Juan Ramón Espinosa Padilla, que ya no se ha parado en el lugar.
Los otros cuatro empleados de la empresa se concretaron ayer a observar la inspección de la PAOT.
“No se por qué dicen que esto es contaminante. Yo tengo ya 16 años trabajando en estos lodos y no me he enfermado de nada”, revela el empleado José Luis Pérez.
Luego asegura que los lixiviados, los pestilentes líquidos que emanan de los lodos, no se concentran en el terreno y que a través de un drenaje son desechados, pero no saben a dónde van a parar, pues no está tratada.